Capítulo Ocho

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No pude dejar de pensar en lo que Rita me contó durante mucho tiempo.
Una pequeña parte de mí se arrepentía por no haberle dicho que sí y haber accedido a que ella hiciera algo hasta que yo volviera, pero siendo realista, aún todo era incierto por lo que no quedaba duda que solo hice lo correcto. 

Ocupé mi mente en otras cosas, Javier incluso me hizo formar parte del club de lectura, al que me unía solo los fines de semana. Gracias a eso, ni siquiera llegué a extrañar mi trabajo en ese lugar ya que asistía ocasionalmente a verlo. 

Solo así los días pasaron volando y, una semana después que la escuela terminó, mi mamá llegó con la gran noticia: finalmente volveríamos a casa. Los abuelos viajarían con nosotros porque querían unas grandes vacaciones.
A solo una semana de navidad, alistamos todo como pudimos, me despedí de mis amigos y como si todo corriera a doble velocidad, aparecí justo a tiempo para tomar el avión con mi familia.
A la única que le avisé de mi regreso fue a Rita. Quién, obviamente, no se quedaría con la boca cerrada y le avisaría tanto a Renjun como a Jaemin. 

Finalmente, hogar dulce hogar. En un tiempo récord de dos días, ya habíamos desempacado nuestras cosas, limpiado y adornado la casa, por supesto, recibimos un poco de ayuda de las personas que solo querían recuperar el tiempo perdido cuanto antes. 

Tomé una ducha rápida para salir con ellos directo a la plaza central, nuestro principal objetivo era llegar a la pista de hielo y conseguir nuestros pases antes que se abarrotara de gente y entonces hagamos una larga cola para entrar al lugar, solo para contar con un centímetro de espacio para patinar. 

"Jaemin nos alcanzará allá", anunció Rita. Algo que hizo que mi corazón empezara a latir rápido. Algo que me preocupaba era si podré ser capaz de por lo menos saludarlo normal, sin decir nada raro, lanzar balbuceos extraños o ponerme tan nerviosa que al final no pueda decir nada. 

"¡Mira lo bonito que se ve todo esto!", exclamó Rita, totalmente encantada de lo que observaba.

Amaba cómo se veía todo en navidad, era como si de pronto todo se iluminara por completo. Casas decoradas; venta de dulces, bocadillos y comida por doquier; y muchas, pero muchas personas. 

Habíamos llegado a nuestro objetivo; en medio de todo, Jaemin, quien no estaba solo porque Melissa estaba con él. Qué incómodo.
Pude sentir la mirada de Rita sobre mí, así que me aferré a su brazo y nos acercamos a saludar. 
Jaemin parecía feliz al verme, lo cual era obvio porque somos amigos. Él me dió un fuerte abrazo al que no pude evitar corresponder. 
Luego de los saludos y las pláticas ocasionales, entramos a la pista. Melissa no se despegaba de Jaemin y yo me convertí en una prima más de Rita y Renjun. O estaba con ellos o me quedaba sola. De la nada, aparecieron Haechan, Mei, Jeno, Mark y Alisson. Y entonces, lo que se planeaba que fuera una salida de amigos, terminó siento una de citas. Grandes cosas estaban destinadas a suceder hoy...

Mis primos putativos de pronto me dejaron de lado porque el amor les llamaba. Creo que Jeno y yo teníamos la misma sensación de mal tercio en todo esto, así que nos juntamos.

— Hola —inicié.

— Hola —respondió con una linda sonrisa. 

Sus ojos se cerraban casi por completo cuando sonreía. Me contuve para no gritar al ver lo lindo que era. Cómo rayos no tiene una cita si este chico es lindísimo.

— Si no te molesta, seré tu cita y tú serás la mía —propuse con firmeza.

— Qué más da. Vamos a divertirnos. 

Fui yo quien le tendió la mano y él la tomó. 

"Sí que te fuiste por un largo tiempo", dijo. 

Asentí y le conté un poco cómo fue que sucedieron las cosas. Luego la plática se convirtió en una serie de confesiones al azar, así descubrí que a él le gustaba Melissa y que esa era una de las razones por las que había asistido. Entonces, de los "mal tercio", pasamos a los casi rechazados por las personas que nos gustaban. Digo casi porque, en realidad, ninguno de los dos hemos confesado lo que sentimos a las personas que queríamos. 

Dimos un paseo a lo largo de la pista de hielo y después de unos cuantos giros y vueltas, todos  cambiamos de pareja. 
Nana me recibió con los brazos abiertos. Recibí la mirada traviesa de Rita a lo lejos y luego volteé a ver a Jeno, quien me lanzó una sonrisa de complicidad al ver que ambos terminamos con nuestros respectivos crushes.

Después de patinar hasta el cansancio, fuimos todos juntos a comer de todo un poco; visitamos algunas tiendas, compramos algunas cosas pequeñas y tomamos muchas fotos. 
Para finalizar la salida, nos dirigimos a la exhibición de fuegos artificiales.

De camino al punto de inicio, Melissa se pegó de nuevo a Jaemin así que Jeno y yo no teníamos de otra que juntarnos. En cierto momento Mark y Alisson se unieron a nosotros para hablar de anéctodas divertidas. 
Al llegar, ellos dos fueron los primeros en retirarse. Luego Mei se fue y así sucesivamente hasta que solo quedamos los cuatro.
"Puede que esta salida fuera inesperada pero de todas formas me divertí", pensé en voz alta.

— Ya que hoy fue tan especial, vayamos a la casa del árbol —propuso Renjun. 

Todos estuvimos más que encantados. Había pasado un tiempo desde que no veía nuestro lugar especial.  

Como la Brisa de Verano | JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora