Capítulo Siete

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Luché contra mis emociones durante los próximos días. Intenté convencerme que lo que sentí aquel día en realidad no era la gran cosa y que simplemente me dejé llevar por el momento y la forma en la que él estaba siendo comigo. Que, fuera de lo molesto y gracioso, él también tenía ese lado encantador que mostraba en ocasiones especiales como esa, por ejemplo.

En mi último día de clases, cuando mi papá llegó a casa propuso viajar a Florida, USA, a la casa de los abuelos. No podía estar más emocionada; un viaje es genial en muchos sentidos. Pasar navidad con mis abuelos era una de las cosas que más deseé a inicios de este año; lo otro era despejar mi mente y dejar de lado la idea de que siento algo por mi amigo.

Todos accedimos, al día siguiente preparamos maletas y por la tarde ya estábamos de camino hacia el aereopuerto, y luego de unas horas, por fin habíamos llegado a nuestro destino.
Mientras desempacaba mis cosas, recibí una videollamada de mis amigos, a los que poco les faltaba llorar solo para pedirme que volviera.

Para pasar mejor las vacaciones, conseguí empleo de medio tiempo en una tienda de libros, que a la vez hacía de club de lectura cada viernes a las cuatro de la tarde. La dueña era tan amable que cuando no habían muchos clientes me dejaba tomar el libro que quisiera para leer con la condición que no los dañara.

A solo unos días de regresar a casa, mis padres informaron que tendríamos que quedarmos por un poco más de tiempo.
"Claro, unos días o una semana más no me causaba ningún problema ya que recién iniciarían las clases y la primera semana siempre es  introductoria", pensé

— Solo sera este año —añadió mi mamá de pronto.

—¡Qué!, ¿por qué tanto? —exclamamos al unísono Jisung y yo.

Al explicar las razones no pudimos refutar mi una sola palabra ya que eran lo suficientemente convincentes. En ese sentido, creo que no tenía de otra opción sino terminar la escuela sin mis amigos, sin las personas que yo ya conocía y los profesores a los que ya me había acostumbrado después de unos largos años.

♡♡♡

Asistí a una nueva escuela. Para ser honesta, sentí como si alguien hubiera presionado el botón de reiniciar todo este proceso de mi vida. El hecho de ser presentada ante una clase como "la nueva estudiante", hacer nuevos amigos y todas esas cosas, sentí que había vuelto a tener ocho años.

Javier era el nombre del chico que se acercó amablemente a hablarme el primer día de clases. Era alguien a quien yo había visto un par de veces en la tienda de libros; él era parte del club de lectura, y a quien en secreto llamo la versión masculina de Rita, por lo extrovertido y adorable. Al igual que ella en aquel año, me presentó a sus amigos: Ben, Todd, Raquel y Zoe. Si soy sincera, al inicio me preocupaba no caerles bien, pero ellos me hicieron sentir cómoda desde el primer instante, lo que hizo que mi perspectiva sobre la nueva escuela cambiara. 

"Llegué a disfrutar el cambio, creé mi propia rutita a la que me acostumbré y fue ahí que llegué a cuestionarme si debíamos quedarnos o volver. La verdad ya no sería un problema que mis padres lleguen de pronto y digan que nos quedaremos. De todas maneras, en ambos lugares tenían una parte de mí, algo que apreciaba", pensé mucho en ese asunto de camino a casa. 

Cuando llegué, me topé con la expresión de evidente molestia de Jisung. 

"Por qué no eres normal y llevas tu celular a todos lados. No dejó de sonar en toda la tarde, fue demasiado irritante", espetó y se retiró a su cuarto.

Tenía tres llamadas perdidas de Rita. Supuse que sería algo urgente por lo que la llamé en seguida; seguro que lo primero que hará será gritarme por no haberle respondido en la primera timbrada.

— ¡Dónde estabas! Estaba a punto de llamarte por señales de humo.

— Lo siento, es que salí un rato.

— Esta bien, esta bien. 

— ¿Pasó algo?

— Sí, de hecho, pasaron muchas cosas. Pero eso no es lo importante ahora, porque lo principal es saber si aún te gusta Nana

— Q-Qué dices.

— No intentes ocultarlo, pude notarlo luego de ver la forma en cómo lo miraste cuando bailaron juntos  en la fiesta del año pasado.

Me rindo. Mis sentimientos por él eran algo que no podía ocultar. No importa cuánto haya tratado de negarlo aquella vez, estos simplemente no cedieron ante lo que mi cabeza decía.

— Sé que quizá ha pasado un tiempo, puede que tus sentimientos en ese transcurso cambiaron o tal vez no lo hicieron. Por eso, necesito una respuesta, solo así  sabré si puedo hacer algo o no —añadió.

— ¿A qué te refieres exactamente? —cuestioné intrigada por lo que acababa de mecionar.

— Melissa está decidida a ser más que solo su fanática loca.

Melissa era una de las chicas a las que les gustaba Jaemin. Incluso creó un club de fans secreto —que de secreto no tenía nada— de él. Supongo que ahora se cansó de verlo de lejos y ahora está haciendo sus movimientos.

— Ya veo. Pero, aún si mi respuesta fuera un sí, de qué serviría cuando ni siquiera estoy ahí.

— Tienes razón —suspiró rendida.

Repetí lo último que dije varias veces en mi mente, tratando de convencerme que fue lo mejor que pude haber hecho.  Un año es mucho tiempo de ausencia, no podía interferir con mi tonta confesión, ni mucho menos hacer incómoda nuestra amistad, considerando el hecho que quizá esto solo era un amor unilateral.

Como la Brisa de Verano | JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora