Desde la muerte del conde Vincent Phantomhive, su hijo heredero, Ciel Phantomhive, tomó su puesto, ayudado por su increíble mayordomo. Aunque pasados los meses, se sumo un individuo a la mansión, su espadachín personal y presuntamente, el hermano qu...
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La nieve había dejado de caer, tapizando todo Londres con su color blanquecino, avisando la llegada del invierno, y con ella, la tan esperada navidad.
Todos los habitantes disfrutaban de decorar sus casas y colocar su bello árbol recién cortado.
Y claro que para los nobles esta celebración tampoco pasa desapercibida.
Bueno, en realidad al Conde Phantomhive no le interesaba esta celebración, pero esto solo motivo a los sirvientes a hacer una navidad cálida para el amo.
- Sebastián, ¿Estás seguro que ese pino va a entrar en la mansión? - habló el pelimorado con las manos en los bolsillos, tratando de calentar sus dedos, pues no tenía unos guantes, con suerte encontró una bufanda.
- Claro que entrará, ¡El del año pasado era aún más grande!- Esta vez habló Finnian alzando sus brazos, denotando la emoción que sentía por llevar el árbol a la mansión.
Y así fue como llevaban un enorme pino a la mansión, bueno, Finny lo llevaba, ya que ____ iba trepado sobre aquel pino, ni loco iba a cargarlo, terminaría aplastado.
Ambos jóvenes iban cantando alegremente mientras que Sebastián supervisaba que uno no se cayera y que el otro no golpeara nada con el árbol.
- ¿Donde pongo el árbol Sebastián? -
- Ponlo en la sala principal, solo ten cuidad- antes de que el mayordomo pudiera terminar de hablar, el rubio se giró de golpe, tomando de sorpresa a ___, que no alcanzó a sostenerse de las ramas.
Un escalofrío pasó en la espalda de ambos que escucharon el estruendo de ____ cuando cayó directo en el suelo de aquella sala.
- ¡_____! - Exclamó Finny soltando el árbol para ir corriendo al rescate de su amigo.
- ¡Finny, el árbol! - el mayordomo trató de detener al jardinero, pero terminó corriendo para sostener el pino por su cuenta.
- ¡¿Estás bien ___?! - habló desesperado el rubio tomando entre sus brazos al mencionado, quitando los cabellos que cubrían la cara ajena.
- Me duele el trasero y me golpeé mi cabecita... - dijo el pelimorado adolorido, a lo que el rubio respondió abrazándolo con mucha fuerza y restregando su mejilla con la ajena.
- ¡Perdóname! ¡No era mi intención lastimarte, perdón! - la voz de Finnian sonaba entrecortada mientras que casi le sacaba los órganos a ___ por la fuerza desmedida que tenía.
