Desde la muerte del conde Vincent Phantomhive, su hijo heredero, Ciel Phantomhive, tomó su puesto, ayudado por su increíble mayordomo. Aunque pasados los meses, se sumo un individuo a la mansión, su espadachín personal y presuntamente, el hermano qu...
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Narra ____
Había pasado mucho tiempo, ya me dolía la espalda de estar recostado, así que me enderece y mire a través una pequeña mirilla el exterior, ya estaba oscuro, no podía ver mucho más que ramas, hojas y la luz de la luna.
Suspiré sin despegar mi vista de la luna, sentía tristeza al mirarla, la nostalgia me invadía y amenazaba con hacerme soltar algunas lágrimas.
Pero no me tenía porque afligir, después de todo, Ciel vendría a salvarme, no debía dudar de eso ¿No es así?
Me quedé pensativo un momento, ¿Qué tal si ya se cansó de mi? ¿Qué tal si me piensa abandonar?
Traté de eliminar esos pensamientos pesimistas de mi mente, pero una parte de mi, no podía dejar de considerarlo.
Regresé a la realidad por las quejas de Woodley, quién estaba desesperado por salir inocente, asegurando que el no había sido el causante de tales asesinatos.
Pero una espada atravesó su cráneo haciéndolo callar de inmediato, mi corazón se aceleró al sentir una salpicadura en mi mano y parte de mi rostro, la voz de Grey se escuchó por fuera del vehículo, aunque por la misma carroza, no pude oír bien.
Pero esa sensación me hizo tener mi mente fría, ¿Porque carajo seguía ahí? ¿Qué era lo que me detenía si tengo una jodida arma? Golpeé mi rostro, remarcando esa tontería.
Desenvainé mi arma y tras escuchar murmullos del lado del conductor, respiré profundo tomando fuerza para romper la cerradura de la carroza.
Le tengo mucha fé a mi espada, y no me decepcionó.
El candado cayó, seguido del seguro que había fuera, el sonido metálico sonó al caer en el terroso suelo, al oírlo, supe que no habría vuelta atrás, y que si enserio deseaba regresar con Ciel y demostrarle de una vez lo útil que soy, debía reaccionar ahora.
Di un salto al exterior de la carroza, haciendo que las puertas azotaran a los costados del vehículo, generando un ruido aún más fuerte.
Guarde nuevamente mi arma y salí disparado a los árboles, no había tiempo de detenerse y quejarse por los rasguños.
- Maldición, se estaba comportando tan tranquilo - se escuchó la voz de Grey, al igual que se escuchaban pisadas detrás de mí.
Creo que había sido una mala idea después de todo, ya que no sabía dónde estaba y a dónde iba, tan solo las espinas rasguñaban mis mejillas apesar de que mis manos trataban de abrirme paso.
