𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈

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Temprano en la mañana, un chico con largos cabellos morados, estaba tocando el portón de aquella mansión que durante tres años, fue su hogar y ahora se dignaba a regresar a proteger a su hermano

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Temprano en la mañana, un chico con largos cabellos morados, estaba tocando el portón de aquella mansión que durante tres años, fue su hogar y ahora se dignaba a regresar a proteger a su hermano.

Se había despedido de Madame Red, quién lo acogió durante el tiempo en que la mansión y los integrantes de la familia Phantomhive habían sufrido aquel incidente.

Cuando la puerta se abrió, pudo ver a un hombre alto con el atuendo de mayordomo, lo miro extrañado de que aquella persona no fuera el abuelo Tanaka.

Le dio una sonrisa y cuando le pregunto que era lo que necesitaba, fue cuando comenzó a hablar, esperando que no se haya confundido de mansión pues a esa persona nunca la había visto.

- ¡Buenos días! Mi nombre es ____ Phantomhive y vengo para mudarme, ¿Eres un nuevo mayordomo? Un gusto conocerte, te queda bonito el traje. - tras hablar el hombre pelinegro le dejó entrar y cuando nuestro protagonista ya iba a la oficina del conde, fue detenido por el mismo mayordomo.

- Le avisaré al amo de su llegada, ¿Podría esperar un momento aquí? - lo dijo de una forma amable que no pudo decir que no, pero apenas el hombre desapareció de su vista, comenzó a caminar por la mansión, viendo que todo cuadro y mueble estaba en su lugar, tal y como lo recordaba.

Cuando se iba a meter a la cocina, sintió una mano en su hombro lo que le hizo dar un pequeño salto y voltear, viendo Al pelinegro de antes.

- Lamento asustarlo, pero el amo desea verlo, además que le pedí permaneciera en la sala principal - apenas dejo de hablar, una explosion se hizo presente en la cocina, pero el mayordomo no le dio tiempo de ver que había sido cuando lo estaba llevando a la oficina de Ciel.

Ciel estaba cambiando, era muy serio y maduro, además de que le faltaba su ojo derecho, decidió no decir nada sobre eso, mientras hablaban, se iba acercando más al peliazul hasta que en algún momento, llegó a estar frente al escritorio de Ciel.

- Al final, creo que podrás servirme de algo si aún puedes usar esa espada, no vas a quedarte aquí sin dar nada a cambio - hablaba el niño sentado en la silla, que mantenía la mirada en los papeles en la mesa, pero se vio interrumpido al sentir una caricia en su cabeza, la cual no se tardó en quitar.

- Muchas gracias por aceptarme de regreso Ciel, te juro que voy a protegerte y ayudarte en todo lo que me sea posible - se subió ligeramente en el escritorio y susurro en su oído - Y por cierto, como se llama el señor que se nos queda viendo mientras hablamos -

- Se llama Sebastian, es mi mayordomo, el te va a indicar dónde vas a instalarte y que tareas vas a tener que llevar a cabo - dijo con una casi invisible sonrisa el peliazul, debido a que ___ le había llamado señor.

El espadachín de los Phantomhive/ Kuroshitsuji x Male Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora