1 (editadicimo)

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Estaba aquel Omega rubio paseando sin rumbo alguno por aquellos aburridos pasillos de tonos amarillentos, maldiciendo cada tortuoso día que debía pasar encerrado en ese lugar de mierda...



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Un pequeño llamado lo hizo despertar de su corto trance, la voz que oyó no hizo más que ponerlo de peor humor del que ya estaba, esa voz lo hacía tener un sentimiento de odio cada vez que veía o pensaba en esa persona, reconoció a quien le pertenecía esa voz al instante, Kikimora, aquella demonio que odiaba más que a su miserable vida, el demonio lo miro con algo de burla en sus ojos y articuló palabra. —El emperador espera por usted, golden guard..— Aquel Omega se puso triste y nervioso al instante, su aroma pasando a ser agrio, el odio en las palabras de la Omega chiquita eran más que evidentes, el Omega rubio estaba aterrado pero no lo aparentaba, era bastante fuerte y sabía disfrazar las emociones, no quería poner un pie otra vez en esa sala, aunque su rostro se mantenía sereno, por dentro maldecía a los cuatro vientos a ese viejo hdp. Pero aquel Alpha era su superior y como si no fuese suficiente también ejercía al cargo del emperador, no podía desobedecer... Debia hacerlo si no quería terminar petrificado a la edad de 16...

(...)

Lentamente camino hasta las grandes puertas que daban a la habitación del trono, tocó sutilmente una de las puertas con la esperanza de que no escuchará y lo dejara ir y decir luego que si había tocado pero nadie había respondido a su llamado, pero por desgracia del chico el agudo sentido del oído del Alpha rubio alcanzó a oir, recibiendo en fuerte "Pase" en respuesta, abrió una de las puertas con odio hacia la vida y se metió tristemente, cerrandola con seguro desde dentro... Odiaba vivir allí... Su cuerpo se tenso al ver cómo en emperador esbozaba una sonrisa ladina algo maliciosa y sus ojos brillaban con diversión al verlo tensarse tanto mientras se levantaba del imponente trono dorado. Hunter se arrodilló en reverencia al mayor saludandolo con asco y rencor bien disimulado en sus palabras, su contrario asintió caminando lentamente con dirección hacia él  obligándolo a levantarse y lo tomó del hombro sosteniendolo con fuerza mientras veía aterrado la cínica sonrisa del rubio mayor, Hunter cerró los ojos fuertemente cuando sintió él cuerpo del otro pegarsele más sin querer saber que es lo que pasaría después...

No daré detalles por ahora, solo los comentarios y cuchicheos de algunos guardias de la zona quienes oían los incesantes llantos y súplicas ahogadas de alguien a quien no conocían.

Al terminar con el juego sucio del emperador en el cual nunca estaba feliz de participar, salió de allí lo más rápido que su cadera lastimada le permitió cuando vió la oportunidad perfecta, corrió tan rápido como su aún consiente mente le permitió, encerrandose en el baño. Se tiró en el piso y mientras aún podía, se limpió las lágrimas con el dorso de su mano mientras se daba una cachetada mental, se calmo un poco y dejó de llorar. Poco a poco se fue quitando las prendas que cubrían se cuerpo, no quería más nada y sin distracciones se metió en la bañera. Luego de un rato de esta ahí sentado, agarró una esponja con algo de jabón y empezó a lavarse todo su lastimado cuerpo.

El Omega podía ver con disgusto mientras se lavaba como algo espeso amenazaba con bajar por su parte trasera, en este casi todo lo que podía hacer era sollozar en silencio y lamentar no haber saltado del puente mientras tuvo la oportunidad. Los anticonceptivos que se tomaba a diario eran un jodido milagro, debería de comprar más después.. Realmente es un milagro de que su tío no lo haya marcado realmente y que Hunter no haya quedado en cinta todavía..

Mi rayito de esperanza // 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora