04. dibu martinez, cuti romero.

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mejor que 2 son 3
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El éxito del mundial trajo todos los festejos delirantes que te puedas imaginar, desde una mina en bolas subiéndose a un faro de luz y un chabon en la punta del obelisco. Los chicos de la selección aka la scaloneta no se quedaron atrás, ni por asomo, empezaron a escabiar como locos y a hacer cualquier boludez con lo que sea pero si ellos eran felices vos te sumabas de una. Apenas pisaron el predio de la afa cada quien dejó sus cosas en su respectiva habitación y se reunieron en los vestuarios para desatar el caos. El viaje no los había cansado, la emoción era más fuerte que cualquier otra cosa y se notaba eso, primero pensabas que al ser del cuerpo técnico no se les permitía tomar pero cuando lo viste a Scaloni medio entonado te sumaste junto con ellos, había que festejar ¡Somos campeones del mundo!

Por ende los campeones del mundo festejan como quieren y las veces que quieran.

Literalmente.

― ¡Un minuto de silencio....!

― Shh... ―calló Emiliano a toda la banda y todos miraron hacía él―...para Mbappé que está muerto EAAAAAAAAAAAA

Se cagaron de risa por cada baile cada ocurrencia, estabas en la cima del mundo compartiendo una victoria tan merecida después de tanto esfuerzo, de poner sangre, sudor y lágrimas a cada entrenamiento, cada partido. Brindaste por eso y por todo lo que se venía de ahora en más, empezaron a saltar en fila y cantar hasta el punto de romperse la garganta pero no les importaba nada.

― ARGENTINA YA SALIO CAMPEÓN

― ARGENTINA YA SALIÓ CAMPEÓN

― SE LO DEDICAMO' A TODOS LA RE PUTA MADRE QUE LO RE PARIO

Después de unos largos festejos por aquí, escabiar un poquito por allá, hablar de boludeces por acá te alejaste un poco de la multitud y fuiste a buscar una botella de agua en la cocina.

― Que calorcete eh ―murmuró Emiliano entrando a la cocina, sin remera y todo sudado. Vos sonreíste mientras lo veías entrar con una sonrisa traviesa.

― Dios estoy muerta boludo ―suspiraste al mismo tiempo que te tocabas la frente, no te daban más las piernas.

― Yo también pero aguanto un festejo más ―sentiste como se puso atrás tuyo y te acomodaba el pelo suelto que tenías. Por inercia te diste vuelta para enfrentarlo y mirarlo mejor (más de lo que ya lo viste durante todo el festejo sin camiseta) su piel blanca brillaba con el reflejo de la luz y probablemente por el sudor pero no te molestaba en absoluto. Lo mirabas de arriba hacia abajo con descaro, no sabías si era el alcohol lo que te tenía así, la emoción de ser campeones del mundo o las ganas que tenías de seguir festejando como sea.

― ¿No festejaron en la cancha, en el avión, acá? ―cuestionaste jodiendo para ver qué ocurrencia manifestaba.

― Sabes que nunca es suficiente festejo, lindura. Además, vos tenés que cumplir con tu promesa ―recordó a medida que acercaba sus manos en tu cintura, se te erizaron los pelos de cada parte de tu cuerpo ante el contacto.

La promesa.... era verdad, con toda la excitación del partido te habías olvidado de esa promesa que Emiliano y vos concretaron un día de los tantos entrenamientos que compartieron. No era novedad que le atraías al 23 de la selección y vos lo sabías muy bien, por sus actitudes con vos, las miradas en los entrenamientos, los mensajes que te mandaba por la madrugada, pero no querías problemas en el lugar de trabajo por eso nunca se dieron una oportunidad, hasta el día de hoy.

scaloneta; one shots!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora