10. enzo fernández.

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inspirado en sex the 1975


― ¿A dónde vas tan linda vos?

Llega mi novio atrás mío plantando un beso en mi cuello mientras me termino de pintar los labios frente al espejo. Él sabe que voy a trabajar pero le gustaba controlarme haciéndose el boludo, yo solamente fingía una sonrisa haciéndome la boluda. Julián tiene entrenamiento toda la tarde por lo que no falta mucho para que deje nuestro departamento, lo veo prepararse juntando sus botines y todas esas boludeces que lleva con él. Me miro al espejo comprobando el maquillaje y lo principal, que mis labios estén perfectos en un rojo vivo porque a él le gustaban así.

― ¡Suerte en el entrenamiento! ―saludo a lo lejos a Julian, me sonríe y arranca el auto desapareciendo de mi vista.

No esperé dos segundos a que se vaya, agarro mi celular y le envío un mensaje a Enzo.

"ya se fue, vení a buscarme"

"bueno"

Me muerdo el labio nerviosa, hace días que no lo veía y ya lo estaba extrañando, el club era muy exigente con Enzo, cuando tenía días libres él sabía aprovecharlos conmigo. Ese gesto solamente hacía que me ilusionara un poco más, estaba convencida de que él iba a dejar a su novia por mí, no ahora, pero en un futuro sí.

Agarro lo que sería mi mochila de ir al "trabajo" mentira, se canceló el turno de la tarde pero tenía que disimular para que Julián no sospeche de nada. Él y yo no estábamos pasando por un buen momento, apenas podíamos vernos por su profesión, yo era alguien quien necesitaba atención de las demás personas 24/7, él no podía dármelo y fue entonces que conocí a Enzo. Yo trabajaba en una cafetería en Fulham, un día común y corriente me tocó atender a Enzo, él no manejaba mucho el inglés, conmigo no tenía que hacerlo y por eso siempre buscaba que lo atienda yo.

Una cosa nos llevo a la otra y hace más de un mes que venimos viéndonos a escondidas, porque bueno él tiene pareja y yo también. Al principio me sentí mal por estar engañando así a mi novio pero una vez que los labios de Enzo chocaban con mi piel me olvidaba de todo el mundo, solo existíamos él y yo.

Escuché la bocina afuera del departamento, salí al balcón para chequear que fuera él y si efectivamente lo era. Bajé con ilusión, con una sonrisa tonta en mis labios y me subí al auto recibiendo un cariñoso beso de su parte. Me aparte para verlo mejor, tenía puesto un gorro negro del club y la ropa de entrenamiento, me mordí el labio ante semejante hombre, no puede ser que todo lo quede bien, me volvía loca.

― Estás hermosa ―dijo con una sonrisa coqueta, esa sonrisa que iluminaba toda mi vida.

― Vos también estás hermoso ―respondí de la misma forma, era habitual en nosotros halagarnos de esta forma.

scaloneta; one shots!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora