solo

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Los ojos de Cristian miraban a lejos al entrerriano empujar a Lautaro mientras se molestaban, parecían que tenían más energías que el resto, porqué el estaba en las últimas sentando en el césped con Dybala al lado tomando unos mates tranquilo.

— Si lo miras mucho se va a degastar hermano. — Se burló el cordobés mientras se reía en voz baja.

Romero lo observo para verlo a esos ojos verdosos que se burlaban, bufó para sacarle el mate y darle un sorbo sin decir nada, siendo que ya no lo miraba ya que esa timidez lo inundó por un momento.

— ¿Te gusta ser pesadito no? — Preguntó y Dybala asintió como niño pequeño. — Cuándo te acercas así como una vieja metiche algo querés saber, soltalo.

— ¿Te seguís hablando con el coreano? — Frunció su ceño para verlo ahora serio, parecía un loquito como cambia su humor. — Te escuché ayer sin querer hablar.

Estaban pronto a jugar las semifinales con Croacia, no tenía mucho tiempo para pensar en esas cosas obviamente no siempre podría ignorarlas cuando de un día para el otro mientras caminaba por uno de los centros comerciales se encontró al susodicho que está con Son, se miraron en silencio un momento mientras elegían remeras para enviar a sus familiares, Romero no reaccionó mal porque las miradas de las pocas personas de allí reconociendolos no lo hacía de buena forma de querer romperle la cara.

Se aguanto, no hizo nada solo se encontraban los dos sentados después en una de las las cafeterías solos, aunque debía ver algún metiche viéndolos.

— ¿Hablaron? — Preguntó el rubio mirándolo fijamente, Romero se acomodo en el asiento. — Quizás fui un tonto pero perdón. — Neymar habló.

— Sí pensaste que iba a romperte la cara a trompadas, tranquilo, no, tengo mis valores cosas que ciertas personas no lo tuvieron, pero no me importa ahora, ya aclare las cosas con Son y ahora voy decirte una cosa, solo quería respeto.

— Lo sé hermano, lo siento, sabíamos que no estaba bien, no está bien, pero ahora por eso estoy acá, podes odiarme. — El hombre central de la selección Brasilera comento mientras tomaba su bebida.

— No te odio, pero tampoco me caes bien, después de todo hace lo que se te dé la gana, yo me descargo en la cancha y lo demás es historia.

Los ojos oliva lo miraron mientras se largaba de allí con una buena sensación en su interior.

Se terminó.

Volviendo a la actualidad y con un Paulo buscando una respuesta simplemente se levantó pensando que con su silencio decía demasiado y ya quería alejar a Lisandro de él, pero Cuti se levantó tomando su muñeca.

— No. Sólo me avisó que dejó las llaves con una vecina, nada más, se mudó a otro lugar ya que empiezan los planes para el equipo, los entrenamientos.

Sabía que era mejor aclarar las cosas a que suene como un teléfono descompuesto.

๑๑๑

Lisandro querría desviar la mirada del chico moreno que lo observaba tan notorio, se sentía cohibido pero no sé quejo al contrario siguieron viéndose, ¿debería hablar con él?, dar un fin a todo por lo que se sintió atormentando hace tiempo.

— ¿Que tengo que me miras mucho? — Preguntó Martínez mientras se reían entre ambos empujandose mientras caminaban a sus cuartos, teniendo un pequeño nudo en su garganta se detuvo en la puerta de Romero y el chico lo miro curioso. — ¿Podemos hablar?, necesito que aclaremos algunas cosas.

necio | cuti ✧ lichaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora