Feelings [Bajifuyu]

3. Rudo.

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Categoría: NSFW / +18
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Rudo.

Chifuyu se encontraba al borde del éxtasis.

A Baji le encanta sujetarlo por la cintura y marcar sus dedos en la pálida piel de su novio. Sus embestidas son duras, rápidas y salvajes.

No puede evitar acelerar el ritmo mientras el rubio tiembla pidiendo más, le excita escucharlo gemir. A ambos les gusta hacerlo rudo.

Baji debía admitir que le había sorprendido descubrir esa faceta de él pero de alguna u otra manera, podía imaginarlo... era algo que veía venir. A Chifuyu le gusta que lo penetren fuerte, que lo muerdan, lo golpeen y lo insulten.

Se lo dijo un día sin ningún tipo de pudor. Mientras estaban sobre la cama acariciándose mutuamente después de haber terminado de estudiar. A Keisuke le gustaba la mirada traviesa que poseía Chifuyu cuando se ponía caliente... Cuando eso sucedía, Chifuyu era sugerente y se movía de manera tentadora. El maldito sabía que era una belleza y sabía el efecto que podía provocar en el mayor.

—¡Más, más! Ah, Baji-san, me voy a venir... —Suplica para ir más allá mientras siente que va a estallar.

Y al moreno le prende que Chifuyu se ponga exigente.

Le da una nalgada con la mano derecha mientras continúa hundiéndose. El rubio jadea y levanta los glúteos.

—Joder, ¡sí! Golpéame más fuerte.

Obedece y le da otras dos palmadas. Cuando escucha el eco puede sentir como Chifuyu contrae el trasero y ahorca su pene.

Él gruñe.

—Chifuyu, te voy a romper el culo. —Lo amenaza extasiado.

Baji lo penetra como un animal. Lo tiene en cuatro, bien sujeto de las caderas para que no huya y para atraerlo mientras menea la pelvis.

—¡Sí, hazlo! —Contestó poniendo los ojos en blanco.

Matsuno se permite ser escandaloso. Habían rentado un cuarto en un hotel barato cerca de la universidad. No le importaba si se escucha vulgar, nadie va a saber que se trata de él... así que podía seguir pidiendo verga a gritos.

Pero en la facultad, Chifuyu era otra persona... Allá era inteligente, responsable y amable. En la cama, era el puto juguete de Keisuke.

El mayor retira su longitud entera del interior de su pareja. Antes de que el otro proteste, se ensarta de un solo movimiento y repite su acción tres veces más.

—¡Baji-san, Baji-san! ¡Sí, sigue así!

No hacía falta que se lo dijera. Baji incrementó su fuerza y estiró una de sus manos para sujetarlo del cabello y arquear su espalda.

Le azotó el trasero dos veces más. La piel pálida del chico ahora se veía roja y las marcas de sus manos parecían grabadas a fuego.

Keisuke sonrió satisfecho.

—Grita más. —Expresó. Sabía que llegaría al clímax pronto y quería hacerlo con los sensuales gemidos de Chifuyu al fondo.

Pero Chifuyu ya no estaba consciente de sus acciones. Él gritó. Sí. Aunque balbuceó incoherencias que ni él mismo entendía. Baji supo que era el momento de masturbarlo y hacerlo terminar.

Retiró la mano de su cabello y le dio atención a su pene. No le tomó mucho tiempo para sentir al chico contraerse y expulsar a chorros su semen. Segundos después, él también acabó.

Ambos se tumbaron en la cama. Con la respiración agitada y la piel cubierta de sudor. Voltearon a verse y sonrieron.

—Estuviste genial. —Lo aduló como solía hacerlo en cualquier otra situación.

—Lo sé.  —Contestó soberbio y después le besó la frente.

No contaban con más tiempo. Debían limpiarse y volver pronto a clases.

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