Capítulo 1

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“Oscuridad, ese era mi mundo, solo oscuridad.

Hacía más de 9 años que mi vida había cambiado. Todo comenzó con mi enamoramiento a los 17 años de un chico dos años mayor que yo, alto, guapo, de esos que con solo verlos tu mundo cambia 180 grados. Por ellos dejas de comer, beber e incluso dormir, yo pase por todo eso.

Un año después de la primera vez que lo vi, dos días antes de cumplir 18 años, nació mi hijo, mío y de él. Para mí fue la cosa más grande y maravillosa del mundo, aunque mi familia me hubiera dejado y mis amigos olvidado, todo por él. Ese mismo día, Mike, el chico que me traía loca, decidió que no podía mantener a una mujer y un bebe, así que nos abandonó a nuestra suerte en el hospital, el primer día de visita. Ese no fue el comienzo de mis problemas, ni siquiera me preocupo mucho que lo hiciera, yo sabía que él era mi droga, una mala, así que solo suspire pesadamente cuando lo vi alejarse de mí.

Mis problemas comenzaron una semana después, cuando salía de mi casa, de mi muy pequeña casa para encontrarme de lleno con dos hombres que intentaron asaltarme. Lo único que recuerdo de eso son los gritos, sus rostros y el golpe, un golpe en la cabeza que apago mi cerebro dejándome en la oscuridad.

Y ya van 9 años de oscuridad.”

Suspiré cuando mis dedos se detuvieron sobre el teclado de mi computadora. No quería escribir sobre esto, sobre cómo había sufrido luego de mi ceguera, pero cuando a James, mi editor, se le metía una idea en la cabeza, una que torpemente yo había implantado, nada se podía hacer.

"Mamá" gritó mi hijo desde el segundo piso, me puse de pie y apague la pantalla del computador.

"Que" grité de regreso.

Caminé lentamente por el lugar, evitando muebles y sillas, sabia donde estaba todo, buena memoria.

Mi hijo bajó las escaleras corriendo y me detuve para esperarlo, llego frente a mí.

"No encuentro la pasta de zapatos" dijo jadeando, sonreí.

"La buscaste en el primer cajón del ropero".

"Sí" dijo antes de que terminara.

"En la cocina".

"Sí".

"Debajo de tu cama" silencio "mm".

Lo escuche correr de regreso al segundo piso y negué, niños. A los pocos minutos él bajo corriendo de nuevo y se paró a mi lado.

"Ya llego el taxi" me tomó de la mano, casi empujándome a la puerta.

"Espera" dije riéndome "necesito mí…"

"Ya tengo tu bastón en mi mochila, una chaqueta para mí" abrió la puerta, "y llevo una chaqueta para ti".

"Uf" dije "que haría sin ti".

Él se rio y me guio al auto. Luego de darle la dirección al hombre, llevé mis manos al rostro de mi hijo y toque su cabello, arrugue mi frente.

"¿Qué pasa con este peinado?" pasé mis dedos sintiendo algo pegajoso sobre su cabello, "¿qué es esto?"

"Nada mamá, solo quería lucir más formal".

"Formal".

"Vas a dar una conferencia delante de casi 500 personas, hay que estar bien vestido".

"Quien eres tú y que hiciste con el desordenado de mi hijo".

"Mamá" se quejó él, sonreí.

"Bien, lo siento, me parece que tu estas más nervioso que yo".

"Claro" lo sentí encogerse de hombros, "ahora eres una escritora de renombre, hay que estar a la altura" negué y lo atraje hacia mí, apoyo su cabeza en mi hombro.

"Que haría yo sin mi pequeño hijo" representante.

Suspiré, después de 8 años de estudios, trabajo de oficina mal pagado que tuve suerte de encontrar, y muchas horas pasando delante de un computador escribiendo extrañas historias fantásticas había logrado llamar la atención del mundo a mi alrededor, o lo que más me importaba, había logrado ganar suficiente dinero para una mujer ciega, escritora y madre soltera, lo suficiente para que mi hijo y yo estuviéramos a punto de cambiarnos a una casa más cómoda, con un gran jardín y a cuadras de una estupenda escuela.

"Tienes tus cosas listas" le pregunte, él asintió "mañana la mudanza pasará temprano".

"Es genial, me gusta mudarme" murmuró, no estaba siendo irónico, en verdad le gustaba, lo habíamos hecho casi una docena de veces, siempre por mi trabajo, él me decía que se sentía como un aventurero recorriendo el mundo.

"Será la última vez" dije, suspiro.

"No íbamos a ir de viaje pronto".

"En las vacaciones de verano iremos a donde quieras, lo prometí, no" él volvió a asentir contra mi hombro, "ya sabes dónde".

"Quiero conocer las pirámides de Machu Picchu" me reí.

"Entonces iremos a Perú" él se río contigo.

Al llegar al teatro donde hablaría bajamos del automóvil y James apareció delante de mí.

"Tarde" dijo como saludo, "debiste dejarme ir por ti, hola Ale".

"Hola James" dijo mi hijo.

"Vamos, ya todos esperan" me trague mi mueca.
 
 
 
 
 
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Hola chic@s he regresado, les pido disculpas por haberme ausentado por tanto tiempo y les agradezco a todos por su apoyo, estaré publicando nuevas historias puede que no tan seguido como antes pero tengan por seguro que no abandonaré esta cuenta.

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Aun dentro de la Oscuridad (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora