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Kevin echó la silla hacia atrás y se alejó con aire cansado, soltó un silbido estridente y al instante tenía a varias docenas de sus familiares formados y armados frente a él

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Kevin echó la silla hacia atrás y se alejó con aire cansado, soltó un silbido estridente y al instante tenía a varias docenas de sus familiares formados y armados frente a él. Los niños a nuestro alrededor salieron corriendo a los pisos superiores en cuanto se les dio una mirada de advertencia.

Sabina nos indicó a mis hermanos y a mí que subiéramos a través de una escalera de caracol negra que guiaba al segundo piso, en donde Ámbar nos estaba esperando. La anciana guio a Bilal y Zeke en la otra dirección, a otra escalera. 

Después de alcanzarla, la chica nos llevó hasta otras escaleras escondidas en un pasillo y subimos hasta un tercer piso, en donde nos guio a través del corredor y abrió una puerta de metal pesado con ventanas para que pasáramos. Hice el ademan de entrar, pero Yuma puso una mano frente a mí y entró, mirando alrededor con desconfianza. Yareth lo siguió, no sin antes poner los ojos en blanco.

Intenté entrar detrás de él, pero una mano se posó en mi hombro. Ámbar me miraba de forma seria cuando me di la vuelta. Soltó mi hombro y vigiló el pasillo de lado a lado. Luego metió la mano en el interior de su saco y me entregó una tarjeta blanca.

Dudé un momento, luego la tomé con dos dedos y le di vueltas entre mis manos. El papel era liso y suave, solo había un número de teléfono en una tediosa tipografía dorada.

Soplé una risa.

—Lo siento—le extendí la tarjeta y sonreí débilmente—, mi etapa experimental pasó hace unos años. Pero si te sirve de consuelo, eras mi tipo...totalmente.

Mostró los dientes en una sonrisa burlona y negó con la cabeza.

—Ya quisieras—empujó mi mano de regreso a mi—. Tu agente murió. Vas a necesitar una nueva y te estoy ofreciendo mi servicio.

Dejé caer los brazos a los lados y mordí el interior de mi labio. No quería lidiar con aquello en ese momento, subir las escaleras me dejó agotada, como si hubiese sido una montaña.

—Planeo alejarme de la cacería por un tiempo—atiné a decir con un suspiro.

Ella negó con la cabeza, sin borrar la sonrisa.

—Edahi Coralillo, veintitrés años, tipo de sangre AB+, número de seguro social...

—¡Ya!, ya basta—me cruce de brazos—. Me investigaste ¿a dónde quieres llegar?

—Encontré muchas cosas sobre ti que no son impresionantes, lo que si me pareció curioso es lo que no encontré—levanté una ceja, reprimiendo el impulso de salir corriendo—. No tienes intereses, ni metas y lo único que parecías hacer hasta hace un año con un poco de pasión, era la cacería. Tu volverás a cazar. Y cuando eso pase, con gusto seré tu agente.

Miré al patio debajo. Se había quedado vacío en pocos minutos. Pero desde las sombras del otro lado nos miraba Kevin, que observaba atentamente nuestra conversación mientras caminaba de un lado a otro. Otro maldito gato al acecho.

El Clan De Las Mariposas. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora