Proteger a la aldea.

Capítulo 1.

"Primer amigo"

Notas:
— Bijū y Jinchūriki hablando en el espacio mental —

Cómo pudo la niña se sentó en el suelo, no sabía cómo volvió al orfanato ni cuánto tiempo estuvo dormida, su último recuerdo fue ver aquel cielo estrellado antes de quedar inconsciente, llevo una de sus manos a su estómago que no paraba de exigir comida, tenía mucha hambre ya que lo último que había comido fue un pan viejo que le daban una vez al día, levantó su mirada para intentar ver a través de la pequeña ventana de aquel cuarto, se alcanzaba a ver un poco la luz de la luna por lo que aún faltaba mucho para que le dieran de comer.

— Tal vez si me duermo ya no sentiré hambre.

La pequeña dijo con una gran sonrisa que no era más que un vago intento de ser positiva, a esa corta edad ya sabía muy bien que de nada servía ser pesimista, su situación no cambiaría y solo se sentiría peor, así que abrazó sus piernas para dejar de sentir frío, al estar en una posición un poco cómoda cerró sus ojos.

— ¿Por qué no te escapas de este sucio lugar?— dijo una voz grave con claro enojo.

Naruto abrió rápido los ojos al escuchar esa voz, pero por más que busco en todo ese cuarto no había nadie más que ella.

— ¿Q-quién eres? ¿En dónde estás?

La voz de la niña salió un poco emocionada, alguien le estaba hablando y por primera vez no era para llamarla demonio o algo peor, aunque se escuchaba con enojo ella podía ver qué esa emoción no era dirigida a su persona.

Hubo silencio por unos minutos, Naruto escondió su cara entre sus piernas, "Así que solo fue mi imaginación" pensó mientras el sentimiento de soledad volvía a llenarla, sentía que le picaban los ojos pero se negó a soltar esas lágrimas, ya estaba cansada de hacerlo.

— Concéntrate y cierra los ojos — volvió a decir aquella voz haciendo que Naruto se emocioné.

Asintió mientras cerraba sus ojos y dió todo de sí para concentrarse, lo cual fue de cierta manera fácil por el lugar donde se encontraba. Al abrirlos el paisaje cambió dando a lugar a un laberinto que parecía más una alcantarilla por los charcos de agua que le llegaban a los tobillos.

— Acércate mocosa.

La voz se escuchaba cerca así que empezó a caminar hasta llegar a un cuarto donde había una jaula gigante con un papel con algo escrito en él.

— H-hola, ¿Cómo te llamas? Yo soy Uzumaki Naruto.

Intentó dar una gran sonrisa pero por los nervios de ver el tamaño de aquella jaula solo salió una mueca extraña, se acercó con cuidado para tratar de ver al que estaba del otro lado pero solo logro ver dos enormes ojos rojos junto a una gran sonrisa blanca que de cierta manera era tétrica, la menor solo abrió la boca por la sorpresa.

— Los humanos me llaman Kyubi y soy-

— ¿Kyubi? ¿Qué clase de apodo es ese? Aparte ¡Yo pregunté tu nombre! ¡No el cómo te llaman dattebayo! — interrumpió la rubia con un puchero.

Aquel zorro solo cerró sus ojos al recordar a su anterior carcelera, no podía evitar ver tantas similitudes entre esas dos personas.

— ¿Quién te crees que eres mocosa? Interrumpiendo al más poderoso Bijū, te podría destruir fácilmente si quisiera.

El enojo del zorro hizo saltar a la niña haciendo que se cayera, está en lugar de mostrar algún signo de miedo solo se podía ver curiosidad en esos ojos azules, ella solo se acomoda en el suelo y le dedicó una sonrisa genuina.