Proteger a la aldea.

Capitulo 14

"La despedida al Sandaime"

Naruto se despertó en el hospital al anochecer, solo había dormido unas tres horas, pero fue suficiente para hacerla sentir con más energía, el sueño que tuvo le puso una gran sonrisa en su cara, pero no duró mucho, Kakashi entro con una enfermera, cuando vio que ya había despertado, le indico que saliera aquella mujer, dejando solos al maestro y a la niña, con tacto le dió la noticia de la muerte del Sandaime, el sabía que la rubia le tenía un cariño a ese hombre, por algo siempre lo llamaba Jiji.

La rubia no sabía cómo reaccionar, se sentía culpable por no haber advertido antes, Kakashi solo le tendió la ropa que tendría que usar mañana para después salir, no sin antes decirle que se tenía que quedar en el hospital esa noche, cuando ya no sintió el chakra del mayor obviamente se escapó la niña, llegó al lugar que le brinda más calma, se sentó en la cabeza de su padre y observó la aldea, se veía un poco destruida, pero ya había tranquilidad, las calles estaban vacías y ya no había muchas luces prendidas, solo la acompañaba el viento frío y el cielo despejado de la noche, ahí vio que su ropa estaba un poco estropeada, al final si tendría que comprar ropa nueva.

— Deberías estar en el hospital, Naruto.

Ella miro hacia atrás para encontrarse con su hermano, que también parecía haberse escapado, le sonrió con burla al mayor por lo que había dicho, pero después volvió su mirada a la aldea, Sasuke se desconcertó por la mirada que le daba a la aldea la menor.

— Ya tengo una pista.

Esa frase hizo que Sasuke se sentará a lado de su hermana guardando silencio para escucharla.

— Shimura Danzo, es el nombre del que le arrancó el ojo a Shisui y que probablemente esté tras la masacre — cerro sus ojos la rubia mientras intentaba mantener su voz neutra — ese nombre estaba en todos los papeles donde se registró lo ocurrido ese día, no decía que estaba involucrado pero curiosamente su organización llamada NE (根=Raíz) se disolvió a la mañana siguiente.

El pelinegro vio con miedo, si alguien quería un ojo de un Uchiha y logro quitárselo a alguien tan fuerte como Shisui, era obvio que tan peligroso podía ser ese viejo, no sabía que planear, si ese maldito ya tenía ese ojo, podría controlar a cualquiera, la rubia al ver la cara del mayor, solo suspiro.

— Yo logré quitárselo, lo tengo guardado y protegido — dijo con un hilo de voz.

— Al menos ya no tenemos TANTA desventaja  — suspiro, eso le había dado un poco de alivio al mayor.

— Estoy segura de que trabajo con Orochimaru, la mitad de los ANBU eran de Otogakure y algunos de los sobrantes tenían un sello en la boca, cómo los ninjas que habían atacado a Shisui y protegían a Danzo.

Ante lo dicho ninguno sabía que decir, se sentían tan pequeños al identificar a sus enemigos, pero no podían pedir ayuda, nadie les ayudaría a derrotar alguien tan importante para la aldea y menos si estaba aliado con un sannin, tampoco sabía que trato tenían esos dos. Se sentían perdidos pero no podían rendirse sin intentarlo, no cuando habían perdido todo por aquel anciano, decidieron hablar de eso luego, tenían que descansar y prepararse para el funeral de mañana.

Los dos niños regresaron a sus habitaciones del hospital, con el sentimiento de incertidumbre, pero con un objetivo ya marcado.

A la mañana siguiente, todos los ninjas se encontraban en el techo de la torre Hokage vistiendo ropas de luto, la mayoría se encontraba en silencio ofreciendo sus respetos a los caídos en esa invasión, empezó a llover pero nadie se movió. Los del concejo de ancianos empezaron con el discurso, para después dejar pasar a todos para dejar su último adiós con una flor.