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Todos estaba listos para empezar los octavos de final. Argentina se enfrentará a Australia, tenían confianza así que dieron todo de sí y ganaron. No podían estar más felices, estaban a pocos pasos de su sueño e iban a dar todo de sí para lograrlo.

Días después llegó el momento de Corea, Son estaba nervioso, se enfrentaban contra un gran equipo.

Cho de igual manera estaba muy nervioso, se enfrentaban contra la selección de su alfa, si bien antes habían hablado y dejado en claro que a pesar de todo ambos iban a dar lo mejor de sí para pasar, él sabía que Brasil era un equipo muy bueno.

Entraron a la cancha, todo estaba en tensión.
Empezó el partido y a los pocos minutos Vinicius metió el primer gol. Aún no se iban a rendir, debían luchar, podían empatar el marcador. En menos de diez minutos Neymar metió un gol de penal, Son no quería perder la calma, aún quedaba tiempo, debían empatar.

El partido siguió con unos cuantos acercamientos al arco de parte de Corea pero no se pudo dar ni un gol. En el minuto veintinueve, su compañero de club, Richarlison marcó lo que vendría a ser el tercer gol. La selección surcoreana estaba impaciente, querían ganar pero les sería muy difícil empatar tres goles y meter un cuarto para ganar. En el minuto treinta y seis, Lucas Paquetá marcó el cuarto gol, dejándolos casi sin posibilidad.

En el minuto setenta y seis, Paik marcó el primer gol para Corea, ese gol se celebró de una manera exorbitante. El partido siguió hasta que el árbitro marcó el final.

Corea había perdido contra Brasil.

Son no aguantó las lágrimas, quería ganar, quería llevar orgullo a su país, pero no se pudo. Todos sus compañeros estaban desconsolados.

Al otro lado de la cancha había un Brasil celebrando su pase a cuartos de final.

Son llegó con sus compañeros al hospedaje, en el vestuario ya habían hablado y llorado lo que debían llorar, era momento de volver a casa.
Subió a su habitación, encontró a su alfa esperándolo.

Lo primero que hizo Cristian al ver a su omega fue abrazarlo. Estaba muy orgulloso de él, llegó muy lejos y eso es algo admirable. Si bien perdieron este partido, eso no quita que llegaron a estar entre los ocho mejores del mundo.

Son apenas sintió los brazos de su alfa, dejó que las lágrimas salieran, se sentía mal, no lo iba a negar.

-Tranquilo, llegaste lejos. Estoy orgulloso y por lo que vi también los fanáticos, no solo de tu país, también de muchos otros. Llegaste a estar entre los ocho mejores, no hay por qué estar decepcionado. - Son se sentía reconfortado, su alfa tenía razón, debía estar orgulloso de lo que lograron tanto él como sus compañeros.

-Gracias, alfa. En serio necesitaba esto. - Son miró a Cristian y le dio un ligero beso - Te amo, alfa.

-Te amo, omega.

-Alfa, quédate a dormir conmigo hoy, por favor - Son lo miró con ojos de cachorrito - Mañana partiré a Corea, quiero estar contigo hoy, quiero abrazarte.

-Sonny aunque no me lo pidieras me quedaría, sé que mañana se van, me duele pero sé que nos vamos a ver en unas semanas.

Esa noche durmieron lo más pegados posible, se dijeron palabras de amor y se impregnaron con su aroma mutuamente.

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Por otro lado Cho se sentía muy mal, quería llegar más lejos.

Estaba en su habitación, felicitó a su alfa por teléfono, no creía que fuera capaz de verlo a la cara. Cuando el partido terminó salió del campo rápido, ni siquiera terminó de felicitar a los demás jugadores, simplemente salió. Alisson había visto eso, quiso seguir al omega pero sus compañeros lo impidieron pues lo jalaron para celebrar la victoria. Cho estaba orgulloso de su alfa por haber ganado pero a la vez el se sentía fatal por perder.

Mi SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora