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• - ̗̀25 ▒|༅༴ Ruidoso. ▒❫

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Liyue era un lugar maravilloso, la gente por supuesto, también lo era.

En su travesía de horas, que se sintieron cómo minutos y pasaron cómo segundos, aprendió tanto aventuras cómo desventuras del lado de Kazuha, qué contó historia tras historia sobre cada una de sus anécdotas de Liyue del lado de la gran viajera y del lado de sus amigos, y también el trayecto en el inicio del viaje de la viajera a Inazuma cuándo viajaron en barco atravesando la gran tormenta.

Saberlo estuvo bien, y a su vez se enteró de la historia de Liyue a mano propia por sus ciudadanos qué le recibieron con una sonrisa y fueron hospitalarios con él, se enteró de las diferentes cosas hechas por el difunto arconte Geo que cayó un día en medio de una celebración, aunque, su intuición le indicaba qué en realidad la historia quizá era algo diferente, pero intentaría no pensar en ello considerando qué su viaje duraría unas horas y tampoco quería atiborrarse de pensamientos y análisis y teorías en plenas vacaciones.

Ruidosa, era la forma más cercana a explicar su estadía en Liyue, el cumpleaños de Beidou pasó cómo la seda justo después de el brindis cuándo la chica de la ópera indicó qué la historia de altamar había terminado, nuevamente, era una dicha muy grande de recordar la sensación de su piel erizandose cuando la  chica del espectáculo agudizó su voz mientras armaba la historia con sus cuerdas vocales, una manera muy gratificante de oír una historia cuyos misterios y respuestas a los mismos estaba seguro estarían incrustados en las tonadas meticulosamente expresadas.

Después de convivir tanto tiempo con Kazuha, podía decir que comprendía mejor las voces del viento y la tonalidad y la fuerza de comprensión qué una tonada, un poema, o una canción podían transmitir con sólo la música, para alguien cuya debilidad eran sus propias emociones, oír con tanto ánimo el sonar de una guitarra, el cómo los gestos al tocar las cuerdas se volvían cada vez más extasiados, le hizo sentir una clara ansia de querer oír y aprender más.

El cómo se tocaba un instrumento, el disfrutar de una música en específico, son cosas qué podían decir mucho sobre una persona, las expresiones qué hace al cantar, sus gestos corporales al bailar, el arte en sí mismo era una grata compañía para un detective, pues normalmente sin importar qué tan complicada sea la tonada, al final del día todas las respuestas qué espera estarán ahí.

fue curioso para Heizou ir a Liyue y ser enriquecido con la cantidad de leyes qué tenian, con la cantidad de tradiciones qué tenían, sobre las historias sobre los Adeptus y sus contribuciones a Liyue, oir rumores era algo muy diferente a oirlo de las bocas de la gente que presenciaron vários eventos de índole catastrófica frenados por el poder de los Adeptus y de aquellos qué protegen Liyue con sus armas en mano.

—Heizou.— Se hallaba perdido en sus pensamientos, mirando una linda cometa hecha a mano de una vendedora de Liyue cuándo el samurái se le acercó con algo bonito en sus manos, un ramo y una paleta en forma de corazón qué hicieron que las mejillas del detective se calentaran y qué todo pensamiento sobre Liyue se esfumara de su cabeza en un santiamén. «vaya, vaya, ¿Es eso para mi?» nadie había dicho nada y Heizou ya estaba ruborizandose un poco.

—Gracias.— Se limitó a agradecer a Kazuha y tomar con sonora alegría las bonitas flores de sus mano, no reconocía ninguna, entonces podía decir que eran por esos lares, tenían un aroma bastante fino y elegante. —mi intuición me dice qué Liyue está más animada de lo recurrente en éste instante por distintas señales, ¿Hay alguna celebración?

✨𝘛𝘳𝘦𝘪𝘯𝘵𝘢 𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘏𝘦𝘪𝘬𝘢𝘻𝘶. |  Heizou X Kazuha.✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora