Capítulo XXII: Lucerys ha sido vengado

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Hola a todos, acá un nuevo capítulo jeje. Esta vez el título lo dice todo.

No me pregunten cuando las otras historias, porque no lo sé jeje.

Recuerden comentar.

Besos y abrazos. 


Los rumores dicen que la mano del rey sufrió cada muerte de la masacre que se había llevado a cabo en Antigua.

Algunos dicen que su rostro había sido ungido por el dolor, por la pérdida de poder, por saber que todo le había sido arrebatado de las manos.

Otros dicen que él había sentido dolor por sus familiares que murieron, pero muy pocos pueden respaldar esta teoría.

Los rumores más certeros cuentan que la princesa heredera y el príncipe consorte miraban con satisfacción el sufrimiento de la mano del rey.

Y todos los rumores coincidían en un único secreto a voces:

Lucerys, había sido vengado. 

Rhaenyra y Daemon tenían sus frentes apoyadas y sus ojos cerrados. Estaban abrazados y él besó con pasión los labios de su esposa, para separarse.

Era la calma antes de la tormenta, que esta vez ellos desatarían.

Ambos vistieron los colores de los Targaryen, y usaron las coronas dadas por el rey para el comienzo de la conquista. 

Él acomodó la corona de la reina Aemma sobre la cabeza de Rhaenyra, tal como una vez, en un futuro que ahora se extinguía había hecho en Montedragón con la corona de Viserys. 

Ella acomodó sobre la cabeza de su esposo, la corona de Aegon el conquistador, su esposo, quién gobernaría junto a ella como Rey cuando llegara el momento. 

- Fuego y Sangre- dijo Rhaenyra mirando a Daemon y él asintió.

- Nuestro hijo será vengado- dijo Daemon y ella cerró los ojos para darse la vuelta y caminar hacia Syrax.

Daemon caminó hacia Caraxes que estaba inquieto, rugiendo con furia, como si comprendiera la ira que gobernaba los corazones de Rhaenyra y Daemon.

Syrax no estaba diferente, pero Syrax parecía ansiosa de volar el largo viaje hacia Antigua. 

Daemon y Rhaenyra montaron sus dragones y elevaron el vuelo desde el pozo de dragones, con los rugidos de sus dragones, se unieron a las tropas de sus ejércitos que atravesaban el océano para unirse a ellos rumbo a Antigua.

Cientos de soldados de Lorath y Braavos, además de cientos de hombres Dothraki navegaban con ellos.

Las investigaciones habían sido hechas por sus ejércitos con anterioridad, sus enviados habían recabado la información necesaria.

Gran parte de los nobles de Antigua, estaban robando a la corona, básicamente toda la riqueza de los Hightower, se debía a las grandes donaciones de la corona para el septo, de la que ellos recaudaban mucho dinero.

Rhaenyra y Daemon ya sabían esto, pero ahora tenían las pruebas para presentarlas al rey, lo habían hecho y el rey los había autorizado a actuar.

Otto Hightower había intentado oponerse, pero el rey le había dicho que, si bien seguía siendo la mano del rey, no podía tener opinión sobre ese tema.

Destinados a Arder JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora