Estaba tomando unos mates al solcito en mi balcón, cuando mi celular empieza a sonar. Lo tenía en la mano, por lo que respondo rápido.
— ¿Hola? —dudosa, es un número que no tengo agendado. Mayormente no respondo cuando es así porque siempre son para ofrecerme cosas. Pero me gana la curiosidad.
— ¿Feli? —una voz de mujer me atiende del otro lado. Fruncí mi frente.
— Si, ¿Quien sos? —se escucharon balbuceos y su misma voz calmando a su bebé.
— Soy Valentina, tu vecina. Discúlpame que sea tan desubicada, pero no tengo a quien más recurrir. Necesito ayuda. —sin dudarlo me levanté de mi asiento ya saliendo de mi departamento.
— Si Valen, abri que ya voy. —son mis vecinos nuevos, se mudaron hace poco al mismo edificio que yo, cruzamos solo saludos, pero nunca nos sentamos a charlar ni nada, es muy pronto.
Salí al pasillo y ella ya me estaba esperando en la puerta con su bebé en brazos, que bebé más hermosa dios, es la creación perfecta. ¿Cómo será el padre? En este tiempo que estuvieron acá nunca lo ví, solo a ellas dos. Capaz es mamá soltera, quien sabe. Pero ella sola le hace justicia, es una mina hermosa.
— Ay Feli, perdón que te haya llamado así, saque tu número del grupo del edificio. Capaz para vos es una boludes, pero tengo que irme y no me puedo bañar porque no la quiero dejar sola. Siempre está el padre y..—la interrumpí.
— No me des tantas explicaciones Valen. —riendome la tome del hombro.— Obvio que la cuido mientras te bañas. Cuando sea asi vos llámame sin problemas, que si yo puedo me cruzo rápido. —asintio con una sonrisa apenada. Me invitó a pasar y me llevo a la pieza de su gordita, está llena de juguetes y peluches por todos lados, en el piso tiene una alfombra de goma Eva y una mini mesa con dos sillas. Las paredes tienen stickers de princesas, animales, pelotas y autos.
— Está es la habitación de ella, su nombre es Olivia, le gusta jugar con sus animalitos, dinosaurios y mucho a la pelota, como el padre. —me explico mientras la sentaba en la mini mesa.— Me voy a bañar rápido, así no te quito más tiempo.
— Mujer, hace tus cosas tranquila, yo la entretengo el tiempo que sea necesario. —sonriendome salió hacia el baño.
Me senté en la otra sillita frente a Oli, la cual estaba entretenida jugando con una pizzara mágica, de esas de iman y su chupete en la boca. Yo sin ser brusca ni ansiosa, agarre unos dinosaurios que estaban tirados al costado de la mesa y me puse a jugar con ellos, llamando su atención y haciendo que se acerque a mi.
Me balbuceo algunas cosas que no entendí a la primera, pero me di cuenta que quería sumar sus autitos al juego inventado por mis ganas de acercarme a ella.
Al final nos reímos más de lo que esperaba y nos llevamos muy bien, en lo que Valen salía de bañarse. Ella se acercó a nosotras con una sonrisa.
— ¿Cómo se portó la princesa? —dijo haciéndola upa, pero Olí quería bajarse a seguir jugando.— Parece que le caiste muy bien, ni con Enzo ni conmigo juega asi. —entonces no es soltera, Enzo debe ser el padre de la nena y eso me da más tranquilidad. Saber que no está sola.
— Entonces fue mutuo, me encantó jugar con ella. Cuando quieras otra ronda de carreras llámame. —le hablé está vez a Oli, la cual me sonreía sin soltar su chupete con esos ojitos brillosos, es hermosa, no les miento.— Pero en serio, si alguna vez necesitas que la cuide o ayuda con algo llámame, yo no tengo problema de pasar tiempo con esta belleza. —le dije a Valen a la vez que acomodaba un mechoncito de pelo atrás de la oreja de Oli.
— Gracias Feli, me salvaste como no tenes idea hoy. —me miro con una sonrisa de labios cerrados, se nota que está apenada. Despidiéndose me fui a mi casa, retomando lo que estaba haciendo.
A los diez minutos veo como Valen sale cargando a Oli y un bolso, las dos muy pitucas para salir. Y un auto las esperaba en la vereda de en frente, un auto bastante lujoso a mi parecer.
Lo que quedó del día me la pasé mirando videos de Argentina campeón, pueden pasar semanas, meses y años que nosotros vamos a seguir festejando como si fuera el mismo día. Y tomando mates, obvio.
Pero el que se lleva todas las miradas es Enzo, Enzo Fernandez. Con esos dientes resplandecientes y esos tatuajes bien de chico malo.
Pero es muy pibito para mí, yo tengo 26 años y él 21. Muy asalta cunas mujer.

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Compañera de juegos // Enzo Fernandez (SSA #2)
Fanfic-No Enzo, yo vengo a jugar con Oli nada más.-rode mis ojos haciéndole cosquillas en su pancita. - Dale, admití que venís a verme a mi también, morocha. -este se hace el canchero y no se da cuenta que me está tentando nomás.