CAPÍTULO VI

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—Disculpe abogado, pero debo regresar al bufete para entregarle unos documentos urgentes a mi jefe.

—No puedo dejarte ir.

—¿De qué habla? No entiendo.

—Me gustas, Jimin y por lo que ví, no te soy indiferente —una sonrisa ladeada con una ceja levantada se posan en su rostro.

—Lo siento, pero creo que está confundido, yo solo fuí cortés con usted.

En un movimiento me jala hacia él lastimando mi muñeca, me acerca a su cuerpo y me empieza a besar en el cuello de una forma desesperada.

—Suélteme por favor, debo irme —forcejeo para soltarme.

—No nene, no te dejaré ir hasta hacerte mío —susurra en mi oído.

Me abraza bruscamente y es cuando siento un pinchazo en la espalda, me sube a la fuerza a su auto, mientras me avisa que en unos momentos ya no opondré resistencia.

JUNGKOOK

—Buenos días Ailee.

—Buenos días abogado.

—¿Jimin viene con usted? —mira sobre mi hombro.

Todos le hemos tomado mucho cariño a ese chico, se lo ha ganado, es un humilde, sencillo, servicial y su alegre energía a contagiado a todo el bufete.

—No, él ya debía estar aquí —yo me demoré una hora más haciendo una diligencia, pienso.

—Ailee, dile que vaya a mi despacho cuando llegue, por favor —¿se habrá entretenido en algo más?, no creo me hubiera avisado, sigo pensando mientras camino a mi despacho.

—Sí, abogado, yo le aviso —grita.

Realmente estaba molesto por como Charlie se lo comía con la mirada, sabía que ese hombre compraba favores sexuales de chicos jóvenes, pero eso jamás me había sido un problemas en los negocios. Si me doy cuenta que vuelve a verlo de esa manera, le haré saber que no debe meterse con él.

Entro a mi oficina y me quedo por un momento viendo el paisaje desde mi ventana, la imagen de Jimin esperando en el restaurant, me vuelve a dejar embobado.

¡Vaya!, se veía tan sexy en ese traje, esas ondas en su cabello rubio opacaban por completo los rayos del sol. Quisiera no recordar sus labios, porque, ¡Uf!, se veían tan carnosos y apetecibles, que me provocaban verlos una y otra vez imaginando un roce con los míos, ¿cómo puede existir un ser tan hermoso?, parece irreal, si tan solo fuera soltero, ya hubiera intentado acercarme. Suspiro con tristeza.

Llevamos poco tiempo juntos y estoy seguro que fué la mejor elección que hice al escoger su solicitud, ahora puedo tenerlo cerca, aunque solo sea para verlo.

JIMIN

Después de un tiempo que pareció eterno en el auto, llegamos a una casa, parece que estamos a las afueras de Seúl porque que no se escucha tráfico. Me siento mareado y sin fuerzas. El abogado estacionó el auto y salió, así que con la lucidez que aún hay en mi cabeza, tomo el celular del traje y le marco a la única persona que puedo llamar, Ailee, ella contesta y le hablo bajito:

—¿Jimin?

—¡Ayúdame Ailee!, el abogado Smith me secuestró.

Él se asoma por la ventana y me arrebata el celular arrojandolo lejos.

—¿Así quieres jugar precioso? No sabes en lo que te acabas de meter.

—Pronto vendrán a buscarme —Intento hacerme fuerte con esas palabras.

—Nadie podrá encontrarte aquí bebe, así que mejor relájate y disfruta a mi lado.

Abre la puerta del auto, me jala con fuerza, me sube a sus hombros y me lleva dentro de la casa. Yo intento soltarme moviendo mis pies y mis manos, pero me tiene fuertemente agarrado, además creo que me inyectó algo, porque me sigo mareado y sin fuerzas. Me conduce a una habitación donde hay una cama y me avienta con fuerza mientras se pone sobre mi. Empieza a darme bofetadas y golpear mi abdomen con sus puños, me amarra las manos y los pies, mientras sigo luchando por salir corriendo, pero no puedo con tantos golpes, empiezo a sentirme más débil y mis ojos se empiezan a cerrar de a poco.

JUNGKOOK

—Claro, espero la respuesta del cliente para empezar con la demanda —hablo con un colega del bufete.

Toca y entra de forma violenta Ailee a mi despacho, asustada y casi sin aliento.

—Abogado, recibí una llamada de Jimin, me pidió ayuda, dijo que el abogado Smith lo había secuestrado.

Me levanto rápido colgando la llamada sin poder creer en sus palabras. El temor de que algo le pase a Jimin me empieza a volver loco —¿solo eso dijo?

—Sí, logré escuchar que alguien le arrebató el teléfono y se cortó la llamada.

Tomo mi celular y le marco al abogado Smith, no contesta, intento con el número de Jimin y es lo mismo. Desesperado me levanto de la silla y llevo mis manos a la cabeza. Tengo un mal presentimiento.

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DESTINO [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora