DESTINO [Kookmin]

CAPÍTULO VII

—Llama rápido a los de sistemas y diles que los necesito aquí.

—Sí, Señor —Ailee sale de prisa del despacho, pero después de un minuto, regresa.

—Debo decirle algo del abogado Smith —agacha su cabeza con vergüenza.

—¿Crees que es el momento indicado para esto Ailee?

Levanta su cara y afirma con su cabeza.

—El Abogado Smith vino al bufete cuando usted se acababa de ir a New York, le pregunté en que lo podía ayudar, como lo hago con todos los que llegan a la recepción. Él tomó mi mano y me jalo hacia su pecho, me besó de forma brusca el cuello y me tocaba el trasero, yo me resistí todo lo que pude, afortunadamente se escuchó que alguien abría la puerta del bufete y me soltó a toda prisa para marcharse. Me daba pena contarle lo sucedido, pero con lo que está pasando con Jimin, simplemente no pude callarlo más.

Me acerco a ella y con mi mano derecha aprieto su hombro.

—Siento lo sucedido Ailee, si me hubieras contado en ese momento él ya estaría lejos de mis negocios, pero agradezco la confianza para hablarlo conmigo.

Ella se queda tranquila escuchando mis palabras y reacciona, tiene algo importante por hacer.

—Voy a localizar a los de sistemas, si me disculpa —hace una reverencia y se retira.

Me encamino hacia el ventanal preocupado por lo que pudiera pasarle a Jimin. Recorro la ciudad con los ojos como si pudiera encontralo de esa forma, se que es inútil y solo ruego porque esté bien. Entiendo porque siento tanta angustia, mi corazón duele de sobremanera, ese chico se ha metido en cada célula de mi cuerpo. Sin duda solo unas cuántas semanas de convivencia bastaron para terminar perdidamente enamorado de él.

Maldito Smith, ¿será posible que sea capaz de hacerle daño a Jimin si a penas lo conoció? Esto parece irreal.

JIMIN

Despierto y sigo amarrado, parece que no hay nadie aquí, no escucho ningún ruido, me siento tan mal. Mi cara duele y las sábanas donde estoy acostado están manchadas de sangre, me quedo congelado por un momento, volteo para ver si tengo mi ropa y sí, aún está, por un momento pensé que ese hombre había hecho algo sin darme cuenta. Respiro profundo tratando de calmarme, pero escucho una puerta abrirse de forma brusca y cierro rápido mis ojos para hacerme el dormido, de algo servirá.

—¡Jimin!, ya estoy de vuelta precioso, vamos a divertirnos.

Siento como se acerca a la cama pero dejo de escucharlo, yo sigo con los ojos cerrados.

—Rayos, tal vez le administré demasiada droga —se escucha que sale de la habitación.

Su habla es como si estuviera borracho o drogado, tengo miedo, no sé qué hacer, no entiendo por qué me está pasando esto, no soy un chico malo, no merezco más sufrimiento en mi vida. Empiezo a llorar sin control y parece que me escucha porque regresa a la habitación.

—No llores precioso, siento haberte lastimado de esa forma, solo quiero que seas mío, eres tan hermoso, tu cabello es tan bonito y tu cuerpo es tan exquisito —toca mi rostro y mete sus dedos entre mis risos, sigo llorando asustado.

Se acerca más a mi y me intenta besar, yo me resisto volteando la cara a otro lado, recibo otra fuerte bofetada haciéndome sentir de nuevo el sabor metálico en mis labios. Parece loco, definitivamente está drogado, nadie en su sano juicio haría algo como esto.

Minutos más tarde retira mis ataduras y empieza a desabotonar y romper mi camisa, escucho su jadeo lujurioso, me baja el pantalón mientras besa mi cuello, yo solo cierro los ojos, sigo sin fuerzas, no puedo hacer nada, se acerca a mi oído y me susurra.

—Serás mío precioso, te cogere tan rico que pedirás más.

Sigo temblando de miedo mientras besa mi cuello, me desespero porque no puedo quitármelo de encima, se deshace de su ropa y queda solo en bóxer, ahora besa mis tetillas, yo solo puedo sentir un asco inexplicable, sigo con los ojos cerrados, espero que sea un sueño del que pronto despertaré.

Ya me tiene completamente desnudo, él se deshace de su bóxer mientras lame mi cuello de forma brusca, rosa nuestros miembros en un vaivén y yo ruego a todos los cielos que suceda algo para que se detenga. Mis lágrimas caen una tras otra, casi no puedo respirar y por primera vez siento que voy morir.

Empiezo a sentir un poco de fuerzas en mi cuerpo y comienzo a pelear por mi vida, le doy golpes con mis manos y trato de cruzar mis piernas cuando el intenta separarlas. Me da un fuerte golpe en la cara que casi hace que me desvanezca.

—Voy a cogerte duro precioso, esto te encantará —posiciona su miembro en mi entrada después de untar lubricante y separar mis piernas a la fuerza.

No puedo creer lo que está por suceder, seré abusado por este hombre y no hay nadie que pueda ayudarme.

Yo sigo con los ojos cerrados, no quiero ver la cara de este hombre porque sé que estoy perdido.