Desde hace 3 años Jimin vive con su novio Soobin que es un alcohólico, ha empezado a golpearlo e ignorarlo como a un objeto. Cansado y decepcionado de esa relación tóxica, busca trabajo en el bufete de "Abogados Jeon" para independizarse. Lo que no...
—Kookie, es hora de que despiertes, flojito —acaricia mi cabello y sigo haciéndome el dormido.
—Kookie, sé que ya estás despierto y estas fingiendo.
Lo atrapo entre mis brazos y lo acuesto a un lado de mí.
—Minnie, ¿por qué te levantas tan temprano? —me acurruco en su cuello.
—Es que quiero que vayamos a la Torre Eiffel para tomar muchas fotos —hace un puchero.
—Está bien, me levantaré, pero antes, debes despertarme como se debe —beso su cuello.
—¿Y cómo desea que lo despierte Sr. Jeon Jungkook?
—Bueno Sr. Jeon Jimin, me gustaría una ronda de sexo salvaje, ¿qué le parece?
—Jajaja, ¿sexo salvaje?, pues no es mala idea, pero, ¿qué tal algo más relajante? —muerde su labio inferior.
—Muéstreme a que se refiere.
Sonríe y me da besitos por toda la cara. Se detiene en mis labios para devorarlos a su antojo y yo aprovecho su distracción para acariciar su trasero. Desabrocha y abre la bata de baño con la que me quedé dormido, para exponer mi cuerpo desnudo. Recorre mi cuello dejando besos húmedos. Baja a mi pecho dándoles un poco de atención a mis pezones y continúa bajando por el abdomen hasta llegar a mi miembro ya erecto. Saca su lengua y lo lame de arriba abajo, una y otra vez, haciéndome erizar la piel. Me convierto en un concierto de gemidos cuando introduce mi pene en su boca. Lo devora con su sexy boquita y saborea las gotas que se asoman por éste. Yo ya estoy en un estado lamentable ante la vista que tengo y solo puedo agarrar su cabello para meter más mi miembro en su dulce boca.
—Minnie, espera, no quiero terminar así. Necesito estar dentro de ti.
Saca mi pene de su boca y regresa a mi cara para pasar su lengua por mis labios dejándome probar mi propia esencia.
Me siento en la cama y lo acuesto junto a mí para besarlo. Amo la forma en que sus labios se acoplan a los míos. Interrumpo el beso para bajar a su cuello, lo succiono en toda su extensión y dejo un beso. He llegado a uno de mis lugares favoritos, saboreo sus pezones y los disfruto sin límite. Me encanta como se estremece a mi tacto y arquea su espalda por el placer. Gracias a eso, tengo un mejor acceso a ellos justo ahora. Después de unos segundos, bajo hasta su miembro ya húmedo por la excitación y en un movimiento lo introduzco por completo en mi boca. Gime fuerte, sé que no puede contenerse por mucho tiempo, así que lo estimulo un poco más, para que me diga la palabra clave.
—Kookie, penétrame ya cariño.
Y aquí está lo que deseaba oír —sus deseos son órdenes jovencito.
Hemos tenido mucho sexo, así que la preparación ya no es necesaria.
Acaricio sus piernas lentamente y las abro. Unto un poco de lubricante en mi pene y me posiciono entre sus nalgas. Paso mi glande por su dulce entrada y gruñe desesperado. No lo hago espera más y entro de forma lenta, mientras emite un gemido que me hace vibrar. Yo hago lo mismo al sentir sus paredes apretar mi miembro. Empiezo a mover la cadera. Es la sensación más exquisita del mundo, estamos fundidos. Nos besamos entre respiraciones cortas y gemidos. Continuamos con la unión de nuestros cuerpos, el amor que expresamos al entregarnos es sublime, mi corazón está acelerado y emocionado. Nuestro sudor se mezcla mientras araña mi espalda de abajo hacia arriba, yo muerdo mis labios en un intento por detener mi eyaculación. Masturbo su pene y no dura mucho cuando moja su abdomen y mi mano con su semen. Su entrada se aprieta y cierro los ojos mientras gimo, ya no puedo controlarme y termino esparciendo mi esencia en su interior.
Exhaustos, nos abrazamos por varios minutos. Salgo de su entrada dejando un hilo de líquido y lo vuelvo a abrazar dejando besos en su cabello rubio y en su cara. Mi amor por él es tan grande que siempre hago lo mismo. Se deja querer y devuelve los besos recibidos. Nos quedamos unos instantes contemplándonos y sonreímos como dos tontos colegiales en su primera vez.
—Te amo Minnie — beso su frente.
—Te amo más Kookie —besa mi nariz.
JIMIN
Estamos en nuestra luna de miel. Hace dos días dijimos el "SI ACEPTO" en una ceremonia simbólica, porque en Seúl aún no se aceptan las uniones entre personas del mismo sexo, pero no nos importó y lo hicimos a nuestra manera. Nos acompañó poca gente, ni Jungkook ni yo tenemos familia con la que convivimos. A ambos nos rechazaron por ser homosexuales, así que estuvieron algunos amigos cercanos, socios del bufete y mi gatito blacky vestido de traje, se veía hermoso.
Ese gatito fue el que me entregó una nota hace 5 meses. Lo recuerdo con mucha ternura. Estábamos Kookie y yo en su casa viendo un capítulo de uno de los dramas que nos gusta y él se levantó para ir al baño. Fue raro, pero de repente blacky saltó en mi regazo con un listón atado a su cuello. Él se quedó quieto y yo tomé el rollito de papel que venía envuelto en el listón. Desenrolle el papel y mi sorpresa era lo que decía.
Jimin, ¿me harías el honor de ser mi esposo?
Abrí mi boca como nunca antes lo había hecho. Fué una hermosa sorpresa, a pesar de que Jungkook siempre se distinguió en ser un hombre sencillo, jamás imaginé que me pediría matrimonio con blacky como cómplice. Dejo de leer la nota y veo que Kookie ya estaba arrodillado con una sortija entre sus dedos.
—¿Y bien, ¿cuál es su respuesta joven Park Jimin?
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Era un momento que en verdad no esperaba.
Afirmé con mi cabeza y Kookie besó mi frente. Puso la sortija en mi dedo anular y me quedé admirándolo por varios segundos. El anillo era pequeño, hermoso y brillante. Nos besamos tiernamente mientras blacky intentaba atravesarse entre los dos, nos tuvimos que separar del beso muertos de la risa por la acción de ese gato loco.
Kookie y yo empezamos a vivir juntos a los 8 meses de convertirnos en novios. Me mudé a su casa junto con blacky sin pensarlo, ambos estábamos encantados con su presencia. Somos como almas gemelas, la sencillez predomina en los dos. No dependemos de la opinión de la gente, hacemos lo que queremos sin dañar a nadie y nos complementamos de todas las formas que existen.
Después de ese día en el que me pidió una cita, ya no podíamos estar lejos el uno del otro. Sigo siendo su secretario, viajamos a muchos lugares por trabajo y eso ha hecho más fuerte nuestra relación. Él es lo que siempre había deseado en un hombre. Es amoroso, detallista y cuando se requiere me da mi espacio al igual que yo. No hay celos tontos y nos divertimos como locos. Soy el hombre más feliz del mundo.
¿Qué más podría pedirle a la vida, si el destino se encargó de poner a Jeon Jungkook en mi camino?
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Esta fue la primera historia que escribí, así que decidí solo corregir algunas cosas y dejarla como me la imaginé. Gracias por leer. Nos veremos en próximas historias KOOKMIN.