𝐧𝐨𝐰 XI

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-¿Nos vas a contar? -volvió a insistir Julian

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-¿Nos vas a contar? -volvió a insistir Julian.-

Calculo que deben ser las nueve de la noche ya, pero aún así Lua, Juli y yo seguimos en la arena viendo en dirección al mar, o al menos yo estoy haciendo eso, y es que yo estoy resignada a entrar a la casa de nuevo, al menos no desde lo de ayer.

-Es que ya te dije que no hay mucho para contar. -le volví a repetir, estaba intentando mantener mi cabeza concentrada en las olas que llegaban a la orilla, evadiendo lo que pasaba.-

-A ver, no podés decir que no hay mucho para contar cuando literalmente entre a tu pieza y estabas hecha una bolita diciendo que no tendrías que haber vuelto. -esta vez era Luana la que me pedía hablar.-

-Es que, dios, nada sale como quiero.

Me siento frustrada, y no es la primera vez.
Pero me pesa muchísimo ser tan débil y caer a sus pies de forma tan sencilla.

¿Qué se supone que me pasa? no entiendo cómo es que en simples segundos él me gane y termina siempre consiguiendo invadirme de forma sutil, con ese perfume que me derrite y sus ojos que parecen decirme mil cosas, pero que a la vez no dicen nada.

Lo último que me imaginé es estar en esta situación, pensando en él, intentando descifrar que es lo que hice mal para estar así.

-Me están pasando cosas que me gustaría que no me pasen. -mi mirada solo de fijaba en el agua, mientras que sentía como una mano acariciaba mi espalda.- no quiero saber qué es, porque si lo descubro sé que la voy a pasar peor.

-Sigo sin entender de quién o qué hablas, Emma. -la voz de Luana me hizo voltear a verla, y ella estaba igual que yo hace unos instantes, viendo el mar venir y irse.-

Tal vez parezca que no les tengo confianza, pero al contrario, son en quienes más confío.

Luana desde hace unas semanas sabe a qué vine a Buenos Aires de nuevo, sentí la confianza absoluta con ella y es una tumba, nunca más saco el tema y siempre que puede intenta ayudarme.

Julian sabe todo desde el comienzo, es quien me motivo a seguir aunque no le gustará mi idea, y siempre estuvo dándome la mano para no caer.

Pero simplemente no puedo decirles lo que pienso, lo que me pasa en el cuerpo cuando lo veo, cuando siento sus manos. No puedo decirles que me da vuelta el mundo con dos palabras y una sonrisa la cual ahora siempre le termino devolviendo.

Mucho menos puedo decirles que trate a su esposa de loca y que al final un poquito de razón tuvo porque al fin y al cabo puede ser que él si me mueva un poco, puede ser que Enzo me genere algo que estoy intentando matar con ideas y con el constante rechazo que creo tenerle.

-Creo que el plan está teniendo algunos problemas y es precisamente por mi culpa. -solté por fin.-

-¿Problemas?, ¿no vas a seguir? -Julian mantenía su mirada sobre mí, parecía sorprendido.-

𝐧𝐨𝐰 | Enzo Fernandez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora