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A la mañana siguiente volvió a sonar la alarma, está vez Yoongi solo abrió los ojos y recordó que Namjoon otra vez tendría que salir. Sintió a éste moverse y se aferró con más fuerza a él, no quería que se fuera.
ㅡ Gi, necesito que me sueltes ㅡ Pidió Namjoon que ya había despertado.
ㅡ Ño ㅡ Negó.
Namjoon no sabe cómo es que sigue con vida a este punto, Yoongi un día de estos lo iba a matar de la ternura.
ㅡ Gigi, ¿Sabes? Hoy no tengo que trabajar, así que volvere más temprano... ㅡ dijo acariciando la cabecita del minino.
Yoongi aún no convencido enterró su rostro en el pecho de Namjoon, no, no lo iba a dejar irse.
ㅡUh, te tengo la sorpresa que te prometí ayer, pero tienes que levantarte para que yo pueda pasartelo...
Yoongi miro a Namjoon, y se levantó tomando la mano del chico obligándolo a levantarse.
ㅡ ¡Vamos! ¡Vamos! ㅡ Chilló emocionado.
ㅡ Voy, voy.
Namjoon cuando se levantó y obligó a Yoongi a quedarse en la habitación con los ojos tapados. Fue a buscar el regalo y volvió lo más rápido, vio a Yoongi con sus manitas tapando sus ojitos, Namjoon tenía tantas ganas de agarrarlo a besos pero se contuvo.
ㅡ Puedes abrir los ojos, Gigi ㅡ Éste con miedo abrió los ojos. Un brillo especial salió en ellos.
El niño interior de Yoongi enloqueció, soltó un gran chillido abrazando el peluche con fuerza, un bonito oso blanco, peludo y de un tamaño perfecto para los brazos de Yoongi.
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ㅡ ¡Me encanta! ¡Me encanta! ¡Me encanta! ㅡ Soltó pequeños chillidos y miro a Namjoon con tanta emoción que no dudo en saltar a abrazarlo, enrollando sus piernas en la cintura de Namjoon
El mayor rápidamente tomo a Yoongi en sus brazos para que no cayera.
ㅡ No es nada, Yoongi, me alegro de que te guste ¿Le pondrás un nombre?
