13. ALGOL

16 2 0
                                    

Rhea

Me duele mucho la cabeza, pero consigo abrir los ojos incluso cuando me empieza un pitido en los oídos. Puedo ver a dos personas discutiendo, pero no puedo oír lo que dicen. Quiero decirles que he despertado, quiero que se den cuenta, pero estoy muy cansada. Se me vuelven a cerrar los ojos. Necesito ayuda. Otra vez no, por favor.

-¿¡No te das cuenta de que le estás haciendo daño?!

Zion

Ya han pasado varias horas, el medico nos ha dicho que ya se encuentra mejor y que despertará en cualquier momento. Así que aquí estamos todos; mis padres, Luka y yo en su habitación esperando a que despertara. No sé muy bien cómo Luka se a enterado, supongo que le habrán dicho mis padres, pero no pinta mucho aquí que digamos.

-Zion, ¿puedes salir un momento? -pregunta mi madre.

-Por supuesto.

-¿Qué ha pasado? La verdad. -mierda

-Habíamos quedado para dar una vuelta por la ciudad. Rhea me convenció para parar en una cafetería para tomar un café. Mientras esperábamos fui al baño y al volver tenía muy mal color, iba a preguntarle si avisaba a alguien justo antes de desmayarse.

-En una cafetería.

-Sí.

-Los dos solos.

-Aja. Tampoco es para tanto, solo quedamos para ir a tomar un café.

-Vale, vale.

-¡Amor, Zion! Rhea ha despertado.

Los dos corremos hasta entrar en la habitación para encontrarnos con una Rhea pálida y débil, joder, porqué la habré dejado sola. Llego a su lado apartando a todos del medio, incluido a Luka.

-Ey, tranquila, no hagas esfuerzos. -le ayudo a incorporarse un poco a la vez que me acerco a dónde ella un poco más- Siento lo que te ha pasado, te lo recompensaré.

-Tranquilo Zion, no pasa nada. Estoy bien. -le suelto sin empatizar con él.

-No Rhea, no lo estas. -dice el médico al entrar por la puerta haciendo que todos nos giremos para mirarle. -Acaban de llegar los resultados; tienes la tensión por los suelos y estás baja de peso, es por esto los mareos constantes y los desmayos. Te voy a dar unas pastillas para subirte la tensión, a ver si eso ayuda; pero también vas a tener que ponerle ganas de tu lado.

-Por supuesto, gracias. -contesta con lo que intenta ser una sonrisa.

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Rhea

Después de hablar con los padres de Zion, el médico marcha de la habitación para dejarnos solos otra vez. No me apetece hablar con nadie ahora mismo, pero intento poner mi mejor mascara y convencer a todos que me encuentro mejor. Sé que no se lo creen, pero cuando les pido que me dejen descansar un poco, todos marchan de la habitación. Todos menos Zion y Luka. Vaya.

-¿Qué pasa?

-¿Qué, que pasa? Rhea, te has desmayado y has estado inconsciente por horas. No estás bien y no se que es lo que ha pasado en la carrera, pero no voy a decirle nada a tus padres Zion, no te preocupes. -Luka también va a las carreras, es verdad.

-¿Vale? Ahora mismo me da igual la puta carrera, imbécil. -espeta Zion mientras cierra los puños; ya empezamos. El hospital no tendrá palomitas, ¿no?

-Eras tú el que estabas con ella, ahora no me vengas con gilipolleces, era la primera vez que la llevabas ahí. Ahora voy yo y me creo que está aquí por que no pudo con la emoción. - rueda los ojos con esa última parte.

Intercambiando secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora