Sinopsis

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Black Snake

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Black Snake

Viviana Doete ha estado viviendo para revivir a su familia. Para convertirse en sacerdotisa llevó una vida estrictamente controlada, la castidad y la indiferencia.

«Si pudiera salir de esta maldita casa, o creo que sería mejor morir».

Las oportunidades llegaron antes de lo esperado por su hermano playboy Rohanel.

La pareja de Condes, que no podía pagar la deuda de juego de su hijo, puso a Viviana en el mercado de las bodas.

Muchas personas acudieron en masa a Doete con su dote para comprar flores para la novia, entre ellos estaba el nombre del Duque de Vinholf, que estaba maldito, y los viles rumores circulaban.

[ 1. Viviana Vinholf (en adelante, A) pasa la noche en un lugar designado una vez cada cuatro días y se lava sumergiéndose en un lago en el bosque Blackwood durante tres días.

2. Después de pasar cien noches, se casa con Clovis Vinholf (en adelante B). Hasta entonces, A y B no pueden encontrarse. A no pregunta ni se pregunta por el paradero de B y no solicita una reunión.

3. A no puede dejar la familia del Duque bajo ninguna circunstancia ].

Las condiciones ofrecidas eran extrañas, pero Viviana las aceptó feliz.

Pasó 98 noches desnuda en un lugar extraño, sintiendo la mirada de alguien.

Un día antes de la noche 99, aparece frente a ella una anciana, que ha visitado el bosque Blackwood para purificar su cuerpo como de costumbre.

-El olor de las serpientes vibra, señorita.

Una palabra de la sospechosa anciana despierta la angustia que dormía en el corazón de Viviana...

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Viviana, que se encontró con sus ojos negros de cerca, respiró hondo. Parecía ser absorbida por sus ojos. La profunda oscuridad pareció engullirla y envolverla en un silencio tranquilo y silencioso.

Los fríos labios rozaron su mejilla de nuevo.

-Ah...

Cerró los ojos y disfrutó del tacto suave y frio mientras el hombre se reía en su oído, un suave aliento le rozó el pabellón auricular y recorrió su canal auditivo.

El cabello esponjoso estaba cerca de sus orejas.

-Esperé demasiado.

La voz del hombre era baja y secreta, lo suficientemente provocativa como para hacerle cosquillas en la espalda.

-¿A mi?

-Sí, tú, mi compañera.

Quería estar dispuesta a obedecer la mano que agarraba su pecho.

"¡La vas a romper Clovis!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora