Capítulo 25

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Los ojos de Clovis estaban desgarrados a lo largo. El Rey de las Serpientes, que perdió la razón ante la historia de tener un bebé propio, comenzó a moverse salvajemente. El cuerpo de la pequeña y flaca mujer perdía su fuerza y colapsaba cada vez que golpeaba la parte inferior de su cuerpo. Frotó a Viviana, que la sujetaba sólo por las caderas, mientras ella se sujetaba al cabecero de hierro de la cama y movía con fuerza su cuerpo.

—Haa, eh, eh... Uf, ah... ah...

—Vivi... Vivi, Viviana... Maldita sea, este agujero... ¡ahh!

El núcleo de hierro se arrugó en la gran mano. Viviana se estremeció y lentamente perdió el conocimiento mientras el pene llenaba su estómago.

—Robbie... —El hombre jadeó mientras empujaba su polla dentro, pero no hubo respuesta—. ¿Mi hijo nacerá en huevos, o... —Viviana cerró los ojos sin poder preguntar correctamente qué era lo que siempre le intrigaba.

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Vinholf siempre ha estado plagado de rumores. También era su destino tener cabello oscuro y ojos oscuros. Se dice que la familia del Duque come carne cruda. Es un rumor tan absurdo pero creíble que se supone que comen el hígado de un animal o, no, el de un humano. Sin embargo, estos días se ha sumado un nuevo rumor sobre el Duque de Vinholf.

—Ah, se siente bien.

Una mujer que se parecía a la diosa brillante Karote estaba apoyada en los brazos del diablo negro, ronroneando como un gato vespertino y soplando en el viento fresco. Antes de que llegara el invierno, cuando el viento fresco acariciaba sus cabellos plateados y su blanco pecho, Viviana cerró los ojos y estalló en exclamaciones como refrescada. Clovis la abrazó con fuerza y gruñó.

—¿Qué es lo que te hace sentir bien, Vivi?

El gran cuerpo temblaba tristemente. Viviana suspiró una vez más sin abrir los ojos, como si no quisiera romper esa sensación refrescante.

—No soy una serpiente, Robbie... 

Decidió dejar a su esposo, acariciando su vientre abultado y luego acariciando suavemente su pecho con el pulgar.

El cielo estaba brillante, el día era moderadamente cálido y se sentía como una brisa fresca acariciando su apretado corazón. No quería romper ese sentimiento de felicidad.

—Tengo frío... quiero volver pronto, Vivi. En un lugar cálido y oscuro, quiero abrazar tu cálido cuerpo y jugar mientras acaricio a los bebés —Viviana frunció levemente el ceño a su marido, que empezaba a lloriquear, y se dio la vuelta. 

—Si vas a decir algo así, quita la mano de mi cuerpo.

Clovis examinó rápidamente su tez y cerró la boca. Cada vez que soplaba el viento, frotaba su cuerpo tembloroso y mejillas frías contra sus hombros calientes.

Viviana ardía como una bola de fuego caliente con cada embarazo. Originalmente, era una persona cálida, pero cuando sostenía a un bebé de Clovis, parecía haberse convertido en una hoguera. Entonces Clovis, sin darse cuenta, extendió su mano hacia la fuente de luz resplandeciente, la tocó y la acarició... 

Esto continuaba hasta que Viviana se irritaba y sacudía su hombro.

—De nuevo, no soy una serpiente. Cuando encienden la estufa tan caliente, siento que me estoy asfixiando hasta morir. Entonces, pedí que bajarán la temperatura en cada habitación, pero no sé por qué no escuchan.

Clovis le tocó el pecho con el dedo índice. No le importaba si prestaba atención la gente que pasaba fuera del café o no. Porque su esposa, que estaba emocionada por salir después de mucho tiempo, fue muy generosa y gentil.

"¡La vas a romper Clovis!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora