"¡La vas a romper Clovis!"

Capítulo 19

Abrió los ojos y trató de protestar, pero rápidamente desvió la mirada ya que no podía estar segura de mirar los ojos negros que destellaban frente a ella.

-¿Estás bien, Robbie? -Viviana miró su tez mientras temblaba de placer.

Frente a su compañera, el Rey de las serpientes, que fingía ser débil, enfermo y fingido, asintió lentamente. Mientras cavaba en el cuerpo pequeño y lo mantenía presionado, frotaba el interior blando con los dedos.

-Tu calor está fluyendo, Vivi. Mi corazón late con fuerza por ese olor salvaje.

-¡Ah, ah! Vaya, Robbie... más rápido...

Viviana se mordió el dedo y sacudió la cabeza para vencer su pasión, pero ante el movimiento de empujar su dedo índice una vez más, todo fue en vano.

Sus dedos gruesos abrieron poco a poco su agujero y perforaron su pared interna profundamente. Cuando se contrae y aprieta rápidamente, presiona la pared interna resbaladiza, y cuando se relaja suavemente y tira, perfora la punta del dedo y revuelve el interior. El interior de Viviana estaba caliente.

Clovis chupó los labios de la mujer que volvía a gemir y sacó su dedo del agujero sin dudarlo.

-¡Ah, ah! Vamos Robbie, quiero...

-Te lo daré, Vivi. La cosa grande y audaz que quieres.

-Ha, eh, vamos... ¡Vamos, Robbie! yo ahh...

-Está vacío -miró el rostro sensual de Vivi y se mordió el labio. Metió su segunda polla por el agujero por donde fluía el agua y frotó las grietas con su glande romo.

-¡Ahh! ¡Robbie!

Ella tembló mientras presionaba su pulgar contra la carne regordeta. Fue en ese momento en que Clovis agarró el enorme pene en su mano y metió la cabeza en el agujero. Agarró sus piernas flacas y las separó, sosteniendo otro de sus genitales en su pequeña mano.

Viviana agarró su polla desesperadamente, como si lo apretara. Tocó algo que ni siquiera podía sostener con una mano. Su estómago plano se hinchó y se dividió maravillosamente a lo largo de sus músculos.

-Vivi, está bien agarrarlo, así que agárralo más fuerte.

-Eh, vamos...

Clovis le dio fuerza a las caderas. Podía sentir su enorme cabeza gimiendo porque no podía perforar el estrecho agujero. Sostuvo el cuerpo de su diminuta compañera y abrió más las piernas. Tan pronto como se abrió el agujero, golpeó su polla en un instante.

-¡Ha! Ah, eh...

-Ah...

La conspiración negra y la conspiración plateada se aferraron la una a la otra. Levantó la cabeza y exhaló un aliento frío, tensando la espalda y las nalgas. Las pestañas temblaron.

-Ahhh...

Viviana no podía salir del susto y el dolor, y tenía la boca apretada. No era el dolor que venía del cuerpo desgarrado de algo enorme, sino la conmoción que venía del violento placer que llenó sus deseos insatisfechos a la vez.

-Ahh, Robbie...

-Lo siento... Siento que mi polla va a explotar, Vivi.

-Eww. ¡Sí!

Mientras el hombre hablaba con su cuerpo atado, se sentía como si su cuerpo también estuviera tarareando. Viviana sintió que su pene grande y grueso todavía se retorcía dentro de ella y lentamente retiró su fuerza de su cuerpo.

-¡Ahh!

Entonces Clovis sacó su pene largo como si hubiera estado esperando. El olor a sangre caliente le rozó la nariz.