Eran sobre las ocho de la tarde cuando Callum miro el reloj y decidió abandonar sus intento de estudio sobre la fiebre del oro, le era imposible que toda esa información le entrara en la cabeza.
Con un suspiro decidió bajar a la cocina a comer algo, quizás un descanso le vendría bien. Mientras bajaba por las escaleras vio de reojo que Ezran estaba en su cuarto jugando con Bait.
Cuando estaba parado enfrente del frigorífico se encontró con una botella abierta de zumo de moras, eso hizo que su estómago se retorciera. Había comprado ese zumo de moras para Rayla...
Cuando salieron de la biblioteca una rafaga de viento los golpeó, en la biblioteca no había calefacción pero no hacía tanto frío como afuera. Entonces una idea se le pasó por la cabeza
–Oye Rayla, como ya tenemos la parte de búsqueda de la información ¿qué te parece si lo que nos queda lo hacemos en mi casa? No es tan amplia como la biblioteca pero por lo menos hay calefacción. –Le propuso Callum.
Rayla dudó unos segundos antes de asistir.
–¿Mañana a las cinco y media te viene bien?
–Si, por supuesto, te paso la ubicación más tarde. –Callum asintió mientras por el rabillo del ojo veía como un coche familiar se paraba enfrente de la entrada de la biblioteca. –¡Nos vemos mañana Rayla! –Se despidió antes de ir hacia el coche de Harrow, con un extraño sonrojo en sus mejillas.
Al día siguiente justo a las cinco y media callum oyó el timbre de su casa. Bajó corriendo por las escaleras para ir a recibirla.
–¡Hola Rayla! – Saludo cuando abrió la puerta y dejó espacio para que pasara.
–Hola a ti también Callum, bonita casa por cierto. –Dijo Rayla entrando mientras Callum la dirige hacia el salón para acabar su proyecto.
–¿Conseguistes imprimir lo que nos faltaba? –Preguntó Callum mientras sacaba los documentos que habían ido imprimiendo durante los últimos días.
–Si, y con esto ya está todo. –Respondió Rayla sacando de su mochila una carpeta. –Sólo nos queda redactarlo y preparar la exposición.
–Genial, entonces deberiamos acabarlo en estos dos últimos días como mínimo. –Dijo Callum mientras veía a Rayla asentir y organizar los documentos para empezar a redactarlos.
Ambos se pudieron manos a la obra, después de una hora y media Callum empezaba a sentir su mano cansada, así que se dio el auto permiso de darse un descanso para evitar quedarse sin mano.
Se levantó para ir a la cocina por un vaso de agua cuando se dio cuenta de que o le había preguntado a Rayla si ella queria algo, se giró hacia ella y se dio cuenta de que estaba tan concentrada redactando su parte que no se había percatado de que Callum se había movido, era impresionante lo mucho que Rayla podía concentrarse.
–Uhm... ¿Rayla? – Cuando la llamo la cabeza de la platinada se levantó de su trabajo para mirarlo directamente, sin saber por qué Callum pudo sentir un rubor en sus mejillas. – Ehm... Iba a la cocina para tomarme un pequeño descanso y me preguntaba si querías algo de beber.
El rostro de Rayla se suavizó bajo su pregunta.
–Uh... ¿Tienes zumo de mora por casualidad? – preguntó ella algo tímida.
–Tienes una pequeña obsesión con las moras ¿lo sabías? – Bromeo Callum cuando Rayla se encogió de hombros, durante los últimos días que había pasado en la biblioteca la había visto más de una vez llegar una cajita de moras que había comprado en algún supermercado de camino. –Creo que no tengo, pero tengo zumo de sandía, si te sirve. –Ofreció Callum.
–Con eso me vale. –Le sonrió Rayla mientras lo acompañaba a su cocina.
Los días siguientes a ese Callum se aseguro de tener zumo de moras en su casa para cada vez que Rayla fuera.
El nego la cabeza ante el recuerdo. Ignorando la botella de zumo de moras abierta cogió un poco de queso y jamón para hacerse un bocadillo.
Se sentó en el islote de la cocina mientras se perdía en sus pensamientos. Ni siquiera se dio cuenta de cuando Harrow entró en la cocina hasta que le puso una mano en el hombro, con un sobresalto se giró y se encontró con la mirada preocupada de Harrow.
–Callum hijo, ¿estas bien? –preguntó Harrow.
–Si ¿por que lo preguntas? –Intento disimular Callum.
–Porque te he llamado cuatro veces y seguías mirando el plato fijamente. –Explicó su padrastro. Callum hizo una mueca ante eso.
–Yo eh... lo siento. –Se disculpó Callum mirando otra vez a su plato donde había dejado el bocadillo que se había hecho.
–Callum ¿qué te pasa? Últimamente parece que estás en otro lugar – Harrow se sentó a su lado, haciéndole saber a Callum de que tocaba un momento de grandes sentimientos.
–Yo... no sé. –Mintió. Y supo que Harrow lo sabía por la forma en la que pudo sentir mirarlo, resoplando admitió la verdad. –Yo la he cagado.
–¿A qué te refieres en que la has cagado?
Y como si esa pregunta fuera el disparo de salida de una carrera, Callum le contó todo lo sucedido con Rayla, cosa que al mayor ya sospechaba que algo había pasado con Rayla ya que no la veía tanto por su casa y la frase de 'he quedado con Rayla' se había dejado de oír.
–Entiendo. –Dijo Harrow mientras procesaba lo que su hijo le había dicho.
–La he cagado y no se como arreglarlo.
Harrow miró a su hijo con pena.
–¿Y has intentado hablar con ella?
–¿Cómo voy a hablar con ella si me está evitando? Está enfadada conmigo.–Callum resopló mientras escondía su cara entre sus manos.
–Ella no está enfadada contigo Callum, o por lo menos no te está evitando porque ella está enfadada contigo, te evita porque está dolida, por que le dolio que no la creyeras. –Empezó a decir Harrow haciendo que Callum hiciera una mueca. – Callum he visto como sois el uno con el otro, no creo que Rayla pudiera odiarte nunca, no después de ver como te miraba, y puedo dar por seguro que ella se siente igual que tu.
Callum se sorprendió ante eso último. Sabía que Rayla estaba triste por que no la había creído a ella ese dia, lo había visto en sus ojos ¿pero de ahí a sentirse como él se sentía? Era imposible.
Las últimas semanas ni siquiera se habían sentido como semanas para él, había estado tan perdido en sus sentimientos y recuerdos, era como si viera el mundo de un color gris salvo cuando recordaba los momentos que había pasado con Rayla, por dolorosos que fueran estaban llenos de colores que duda poder ver con alguien más.
Las últimas semanas no habia sido mas que un cascaron tonto e idiota y desanimado con una mirada anhelante. Había sido miserable.
–¿Y cómo lo arreglo? Si según tú no me odia ¿como puedo arreglar las cosas con Ray? –Pregunto Callum cuando de repente una voz en su cabeza grita ante la última palabra.
'¡No me llames Ray!'
Había sido Rayla quien le había gritado eso durante su pelea. En seguida se arrepintió de llamarla por el apodo que le había puesto cuando su estómago volvió a retorcerse.
–¿Sabes? Hay una cosa que tu abuela solía decirme: 'cuando quieres a alguien te da igual si llueve, truena o caen meteoritos porque harás lo imposible para estar con esa persona, por que esa persona te enseñara que el amor puede ser dorado y resplandeciente como la luz del día, y sabrás que hasta en los peores momentos que paseis no importara nada ya que lo superareis juntos, por que si realmente quieres a esa persona será como si hablarais una lengua secreta que no podrás hablar con nadie mas, por que por una persona que te enseña todo eso harías lo fuera necesario'.
Callum se quedó mirando a Harrow sorprendido.
El solo le sonrió dulcemente antes de levantarse de su silla.
–Piensa en ello, Callum, piensa en si quieres arreglar las cosas con Rayla y piensa en qué harás para arreglarlas.
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Nuestro Folklore
Fanfiction[AU Moderno] Los recuerdos de una pelea duelen, pero los recuerdos y los sentimientos de antes de ella destrozan. Pasan semanas para que la disculpa se presente en la puerta de Rayla. ¿Será demasiado tarde para ser aceptada?¿Para reparar unas alas?¿...