Nuestro Folklore

THE LAKES

-¡Vamos Callum! - Gritó Rayla por delante de él, quien había detenido su bici para esperar a Callum.

- Voy todo lo rápido que puedo Rayla- Resoplo Callum en respuesta- Ya te dije que las bicicletas no eran lo mío, ni nada relacionado con el deporte en general. - Dijo cuando llegó a su lado.

Rayla se llevó un dedo a la barbilla mientras fingía pensar.

- Si no recuerdo mal, fuiste tu quien propuso la idea de la bicicleta cuando te dije que quería llevarte a un sitio.

-¡No pensé que estaría tan lejos!- se defendió Callum.

-Haber preguntado antes, supongo. - Rayla se encogió de hombros.

-Ya... - Callum la miró con los ojos entrecerrados cuando frenó al lado de ella. Rayla solo rio ante su gesto.

-¡Venga, no te pares, que luego te cuesta más seguir! - Le dijo Rayla mientras se alejaba volviendo a poner en marcha su bicicleta.

Callum soltó un quejido antes de seguirla.

Después de un rato por fin llegaron a su destino.

Callum observó el lugar, habían tenido que pasar por un camino muy estrecho para llegar ahí pero el lugar donde se encontraban ahora era enorme. Había un lago enorme con un hermoso manantial.

-Wow, Rayla esto es... impresionante. -Le dijo Callum ensimismado observando el lugar.

- Gracias, Ethari y Runaan me traían aquí de pequeña, nunca ha habido mucha gente, no es un lugar muy conocido pero yo suelo venir bastante.

Callum la miró con una sonrisa.

-¿Qué? - preguntó Rayla al darse cuenta de la mirada de Callum.

- Gracias por enseñármelo.

Rayla pudo sentir como un pequeño rubor rosado teñía sus mejillas. Girándose hacia el lago para esconder su rubor le dijo:

-Sabes, Ethari me contó la historia de este lago. - Rayla se aproximó más al enorme lago. -Según Etahri este lago era donde los poetas iban a morir.

Callum se giró de golpe hacia ella.

-No querrás decir que ahora estamos encima de un montón de cuerpos muertos de poetas, ¿verdad?

A Rayla se le escapó una carcajada.

-No, no creo que se refiriera a eso, supongo que lo decía de una forma poética, que venían a morir sentimentalmente, supongo. -Reflexiono Rayla. -Pero me contó sobre un poeta que escribió aquí uno de sus poemas, donde decía que él no pertenecía aquí, a este mundo, y su amor tampoco.

-Eso es triste. -Dijo Callum con una mueca.

-Nunca dije que la historia fuera feliz. -Rayla se encogió de hombros antes de seguir relatando. - Según el poeta, el debió de haber superado muchas cosas pero todas seguían debajo de su piel, y en su lucha por superar todo se encontró con este lago, al final del poema decía que quería ver crecer glicinas sobre sus pies descalzos, dejando que la naturaleza de este lugar se lo llevara para sanar y así las olas de dolor que paralizaban su corazón ya le harían mas daño.

-¿Qué fue del poeta? -Pregunto Callum con curiosidad.

-Desapareció después de publicar el poema.

-¿Cómo que desapareció? - Callum estaba empezando a pensar que igual debajo de ellos si había un montón de cuerpos de poetas muertos.

-Nunca nadie supo más de él.