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—¡Delicioso! —Maisy estaba tan feliz de haber convencido a su hermano de entrar a un pequeño restaurante que recientemente hacia su inauguración—. El pollo teriyaki nunca me aburre.

Su hermano la miró sonriente mientras él también disfrutaba de sus fideos. Agradecía llevarse bien con su hermana aunque a veces como todos tenían sus desacuerdos, aun así ambos habían aprendido a manejarlo con el paso del tiempo y las experiencias. Yojaki Kun era el hermano mayor y único pariente que tenía Maisy Kun. No sabían nada sobre su familia debido a que desde pequeños fueron internados en un orfanato. Más adelante una señora de buen corazón los adoptó a los dos pero lastimosamente después de unos años ella falleció. Desde entonces Yojaki ya era un adulto joven y buscó empleó hasta que lo encontró en una fábrica de yogurt. Trabajó duro para sostener a su hermana y cuidarla de la mejor forma a su alcance. Así que verla sonreír alegremente era algo que lo hacía sentir orgulloso de todo lo que había hecho.

—Tenías razón, este restaurante no solo tiene buen aspecto, pero ahora debemos darnos prisa para llegar a la estación de autobuses antes de que sea tarde —articuló, mientras le daba vuelta a los fideos con los palillos.

Maisy asintió entendiendo la situación; encontrar puestos desocupados en el transporte en las horas de la tarde era como obtener una fortuna. Era el momento donde la mayoría de las personas salían de sus trabajos de vuelta a casa y era incómodo estar entre la masa de pasajeros sin poder respirar aire puro.

Una vez que llegaron a la estación de autobuses esperaron un poco hasta que el autobús no tardó en aparecer y abrir sus puertas; en medio de las personas que también esperaban, subieron tratando de no empujar. Rápidamente los pocos asientos que habían disponibles empezaron a ocuparse, dejando solo uno vacío.

—Siéntate aquí —Yojaki señaló velozmente la butaca junto a un chico de cabellera azabache.

Maisy se sentó aprovechando el último lugar desocupado mientras se limpiaba las mejillas con su pañuelo blanco. Alcanzó a ver su reflejo en una de las ventanas de cristal y notó que se había manchado un poquito al ponerse labial. Su hermano se quedó en la parte de atrás de pie al igual que otros pasajeros. Ella miró de soslayo al joven que estaba sentado a su izquierda sin importancia, y luego sacó un pequeño espejo de su bolso beige para asegurarse que no quedaba algún rastro carmesí en sus cachetes. Estaba viéndose así misma atentamente cuando de repente un choque impactó fuertemente contra el autobús y hizo que cayera. El ambiente se tornó oscuro. Lo último que recordó haber escuchado era el sonido de la sirena de una ambulancia.


La forma en la que conoces a alguien puede ser muy amarga.


¡Hola! Este es el primer mensaje que dejo en esta historia que apenas comienza. :') Gracias por leer. Los primeros capítulos son cortos pero a medida que avance tendrán más contenido. :D ¡Espero que disfrutes de este libro!

Piano : Min Yoongi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora