Los ojos de Yoongi se abrieron de golpe después de haberlos tenido cerrados por un día completo. Lo que vio a su al rededor lo dejó desconcertado; no entendía como había llegado a esa habitación blanca de hospital. Empezó a sentir un leve dolor en sus brazos y al verlos se encontró con vendas del mismo color que las paredes. Estaba conectado a la intravenosa, sin embargo no recordaba nada de lo que había sucedido.—Despertaste. Eres un paciente muy dormilón —el doctor que ingresó al cuarto lo sacó de sus pensamientos de confusión—. ¿Cómo te sientes? Déjame tomarte la presión. La última vez que te la tomé estaba muy alta.
Yoongi intentó articular una palabra pero su boca solo soltó un pequeño suspiró. Tenía una herida cerca de sus labios como si se hubiera cortado con un cuchillo afilado y varios moretones rojos en su cuello.
—No está mal. Ya se está normalizando —sonrió.
—¿Qué sucedió? —logró preguntar cuando el médico ya tenía su mano derecha en el pomo de la puerta para abrirla—. ¿Por qué estoy así?
El hombre de bata blanquecina se quedó de espalda pensando como responder sus preguntas porque notoriamente el chico había olvidado el suceso. Justo cuando se iba a voltear para decírselo llegó una enfermera que parecía bastante apurada.
—Doctor Hwa, la chica de la habitación veintitrés está teniendo un ataque de ansiedad —informó, angustiada—, nadie puede calmarla.
Ambos se fueron, dejando al pelinegro con más dudas que antes, sacando suposiciones sin aclaraciones.
—Si esa chica no hubiera tenido ese ataque, tal vez me hubieran explicado lo que pasó—murmuró con un deje de desespero.
Se levantó hasta donde pudo y se sentó en la camilla, rodó el aparato que lo conectaba a la intravenosa y con lentitud alcanzó a ponerse de pie. El piso era tan frío como el ambiente, pero en ese momento no le importó esa sensación gélida. Paso a paso empujando el aparato llegó a la puerta y la abrió. Buscaría la habitación 23. Para su sorpresa en la que él estaba era la número 19, así que no tuvo que caminar mucho por el pasillo para encontrarla. Pero cuando entró se arrepintió de haberlo hecho... Una joven lloraba incesantemente mientras pataleaba.
—¡Déjame ir! —gritó en medio de sollozos mientras la enfermera la agarraba con cuidado del brazo y el doctor trataba de decirle palabras tranquilizadoras. Por un instante se quedó en silencio y su mirada se posó en Min Yoongi con un toque de impresión—. ¿Hermano?
Yoongi frunció el ceño sin comprender. Solamente quería buscar al doctor para que le dijera la verdad de lo que había pasado y ahora resultaba más confundido. No conocía a esa persona.
—¿Qué haces aquí? No puedes estar aquí —el doctor se acercó al chico y lo juzgó con un semblante serio.
—Solo vine para que me dijera...
—Fue un accidente terrible, pero me alegra que estés bien. Realmente estaba preocupada por ti. Sabía que era mentira, que no estabas muerto.
Después de escuchar eso Yoongi sintió un molesto dolor de cabeza. Un recuerdo estaba viniendo a su mente. Recordaba que la había visto sentada a su lado en el transporte público, limpiándose las mejillas con un pañuelo.
Cuando el dolor en tu corazón es muy grande te puede llevar a crear otra realidad.
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Piano : Min Yoongi
Fanfiction«A veces una persona llega así a tu vida. Cuando menos lo esperas se sienta a tu lado en silencio, sin saber que más adelante no querrás que se marche. Como cuando no quieres que termine la primavera».