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-No. No quiero -articuló, tajantemente, como si lo que le hubiera dicho el doctor fuera una ofensa.

-Está bien si no quieres hacerlo, solo fue una broma. En este estado no puedes cuidar de nadie -dijo antes de salir de la habitación.

Min Yoongi no podía creer que alguien bromee con algo así. Su ánimo había pasado a uno mal humorado. Quería salir a caminar aunque fuera al patio del hospital para ver si distraía un poco la mente y dejaba de pensar en las palabras del doctor Hwa. La enfermera que estaba pendiente de su medicación le había comentado que podía salir un rato después del almuerzo, pero apenas eran las nueve de la mañana y el aburrimiento estaba por comérselo vivo. Ya había visto un documental de animales en la televisión, un programa de cocina que solo provocó que extrañara más las comidas condimentadas, durmió doce horas y aunque lo intentara, ya no podía dormir más. No sabía qué hacer.

Se removió en la camilla pensando cuánto faltaba para levantarse de allí. El pelinegro se sentía como un pájaro en una jaula, anhelando libertad. Un gesto de asombro apareció en su cara cuando vio quien había abierto la puerta.

-¡Yoongi! Aquí estás... -su madre tenía los ojos aguados a punto de llorar-. Perdón por no venir antes, pero no tenía idea de todo lo que había pasado.

Su madre vivía en Seúl, Corea, y verla repentinamente frente a él sosteniendo su mano, fue algo que le dio fuerzas. Pese a que vivía en Tokyo, siempre mantenía comunicado con ella, incluso le mandaba fotografías de los atardeceres. Su desición de vivir en Japón nació cuando tuvo participación en un concurso de piano y le propusieron trabajar en la academia de música como tutor. Aceptó porque ya sabía un poco de japonés y con el tiempo aprendió a manejar mejor el idioma. Además, le llamaba la atención comenzar a llevar una vida en ese país de donde venían sus mangas favoritos.

-¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? -preguntó su hermano, Taehyung, mientras lo inspeccionaba con su mirada, fijándose en las múltiples heridas que sobresalían en su piel-. Estoy de vacaciones, así que vine a visitarte unos días, pero nos encontramos con la noticia del accidente.

El chico de cabellera azabache solo asintió y le regaló una sonrisa a su hermano, quien trabajaba como farmacéutico en Busan. Una chispa de alivio se iba encendiendo dentro de Yoongi.

-Mamá, estoy cansado de comer gachas de arroz y puré -soltó, a modo de quejido, haciendo que todos en la habitación terminaran riendo.

-No te preocupes, hijo, traje gimbap y kimchi.

[...]

El viento era tan fresco y ligero, las hojas de los árboles se mecían sutilmente creando un sonido arrullador en medio de la débil luz solar que se asomaba entre las nubes blancas y esponjosas. Yoongi por fin había salido de ese encierro que lo estaba desesperando. Ahora disfrutaba del panorama pintoresco y verde del jardín que estaba al lado de la banca donde se encontraba sentado, con su ropaje azul cielo de paciente internado. Su madre estaba encargándose de la documentación para el proceso de darle de alta y su hermano había ido a comprarle un jugo de naranja recién exprimido. Era recorfortante no estar solo en esa tediosa situación.

-Hermano... ¿Acaso ya no me reconoces? -una voz lo hizo salir de trance. Al levantar la vista y encontrarse con ese cabello castaño y ese rostro lleno de nostalgia, sus ojos se agrandaron un poco y quedó perplejo sin saber qué decir-. Sé que estás agotado, pero no te preocupes, no te dejaré solo.

"Eres tú quien realmente está sola"

-No soy tu hermano -dijo, luego de ponerse de pie y mirarla fijamente-. Mírame bien. ¿Realmente parezco tu hermano?

La joven empezó a sollozar luego de cerrar fuertemente sus ojos y sus mejillas no tardaron en mojarse otra vez.

-No otra vez. No llores -los que pasaban por ahí lo miraban como si él fuera el culpable de su llanto, pero no le había hecho nada.

-¿Qué está pasando aquí? -su hermano había llegado repentinamente y miraba la escena sin entender-. ¿Se conocen?

-Es mi hermano -respondió la chica un poco más calmada.

-¿Qué? -Taehyung estaba confundido ante esa respuesta.

Miró a Yoongi, quien solo bufó y se fue caminando, dejando a la castaña llorando y a su hermano tratando de calmarla.


Si tus recuerdos no se hubieran borrado nunca nos habríamos conocido.


Piano : Min Yoongi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora