˗ˏˋ Su encuentro es una fascinación, y su trabajo es tan distinto a como pensaron que llegarían ante el Príncipe Heredero. Conociéndose en ese extenso periodo, atado al Príncipe Menor.ˎˊ˗
🌱 2023 / MileApo | ApoMile / BibleBuild | BuildBible.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🎕
Secundaron al hombre de estatura baja, que los encauzaba a un nuevo pasadizo, dejando el gran salón, y los rumores que comenzaron a hacerse más fuertes. Se fue disipando cuando los maestros de la música llenaron el vacío con los instrumentos. Nattawin volteó la cabeza dos veces, mientras traspasaba, grabando el camino de regreso. Si algo le enseñó su progenitor, es que debía ser muy observador en su ambiente, buscar salidas para cualquier escenario, y contar cuántos individuos estaban dentro de una casa. Y por supuesto, Nattawin se dio cuenta que no era el exclusivo en hacerlo, pues, Phakphum era todavía más reservado escudriñando.
—Adelante, el Príncipe Menor estará en un instante. —la voz del personaje bajito los detuvo, abriendo la puerta de la recámara.
Ambos hijos de Duques irrumpieron, contemplando los cuadros grandes de pintura de la estirpe de la realeza, en las cuatro caras de las paredes. Excesivos en volumen, en algunas partes del cuerpo, y burdos. Phakphum se aproximó a darle un vistazo a los muebles, tocando lo plano con la yema de los dedos, alabando la buena limpieza y barnizado.
—¿Sabes cuántas salidas existen? —inquiere, girándose para mirar con el rabillo del ojo a Apo, el joven hijo de la familia Wattanagitiphat.
—Para salir de esta estancia, hay tres. —expone, simpático, intentando devolver la gentileza con la que se le habla. Mile tiene la voz ronca, aun así, maneja un tono más suave al hablar, demasiado blando, para el gran cuerpo del hombre.
—¿Sólo tres? Yo conté cinco. —menciona, sin retirar los ojos de Apo. El tono de la voz de Nattawin es rebelde, profundo y con una ligera chispa de diversión. Se preguntó cuántos años tenía.
—Cumpliré veinticinco, el mes próximo. —aclara Apo, y Mile arquea sus cejas. —Normalmente, las personas me preguntan qué edad tengo, para emplear este tipo de vocabulario y tono. —sonríe, encontrándose con los ojos de Mile. No sabe qué oculta, pero la sacudida en su cuerpo, lo hizo detener un jadeo. —¿De verdad eres el décimo hijo de tu madre?
—Lo soy. —retira unos segundos la mirada del cuerpo de Apo, viendo las pinturas de los cuadros de la pared. —Hay un hermano, todavía menor que yo.
