𝓟𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓭𝓸𝓬𝓮﹕

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Llegando a este final, Phakphum se aguanta un bostezo que abulta sus mejillas. El Sacerdote que bendice al futuro soberano no detiene su retahíla «siguiendo códigos ancestrales»; para pasar la corona al nuevo sucesor. A su lado yace su compañero de viajes, Nattawin, quien ya sabe de todo lo que ha ocurrido en este largo tiempo. No le iba a esconder nada después de que cierto alguien "ejecutó envenenar al Rey"; en presencia del Príncipe Menor, y los Guardias Reales de Su Majestad, el Rey, que observaron la ansiedad veraz en el rostro del Príncipe Menor en auxiliar a su padre en tal agonía. Un caos que llegó a los oídos del personal de la cocina en el palacio, los cuales, empalidecieron. Pues antes de llevar el té o la comida al Rey, hay alguien debe probar los platos, para que nada esté salado, dulce o amargo. O intoxicado. Pero esta vez, parece que alguien omitió la orden, y entregó los platos principales a la reunión que se llevaba a cabo de padre e hijo acerca de los asuntos en el vasto reino.


La lengua y el cuerpo de un saludable Rey se marchitó. El viejo soberano no podía mover el músculo en el interior de su boca para ordenar a sus Guardias Reales una ejecución y no podía mover sus extremidades. Debían los sirvientes ayudarlo en el baño, hacer sus necesidades y a cambiar sus vestimentas. A comer mientras alguien abría su boca y le ayudaba a masticar, para que el dichoso monarca no muriera de hambre. Estas partes de su deslustra vida no fueron inscritas en los libros de historia, ya que el Príncipe Menor, exigió «humanidad» para conservar la cara de un Rey que ha dado parte de su vida a las personas que se aproximaron a él en ayuda.


En los parajes que se almaceno el oro, la plata y las joyas preciosas, junto con los testamentos de las grandes propiedades, fueron vueltos al palacio. Confiados en las manos del Príncipe Menor, que lo cedió a sus hombres de confianza a examinar los papeles y cada pieza del tesoro que le pertenece a la corona... A él. Nada tenía que ir fraudulento, y nadie tiene la autoridad de hacer lo que se le venga en avidez sin consultarlo al Príncipe Menor, Build Jakapan Puttha. La persona que comenzó a ser llamado "Príncipe Heredero" y no "Príncipe Menor."


Nattawin miró a la muchedumbre en la ostentosa ceremonia de Build Jakapan Puttha. Tenían semblantes llenos de felicidad, muy dichosos y esperando que este día llegara al fin. En verdad, el Príncipe Build había labrado la tierra desde hace un tiempo. Sembró afecto, oportunidades, confianza, favores a quienes se acercaron a él. Gentileza y respeto. Recogiendo una cosecha magna y larga. ¿Pero cuánto tiempo durará esta «cosecha de buena persona»? ¿De verdad es el fin de los años trabajando minuciosamente? Exterminando todo desde la raíz. Nattawin sopeso en este letargo momento de coronación. Girando la cabeza, chocando con la mirada de Phakphum. No pudo contener una sonrisa para él.

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