𝓟𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓼𝓮𝓲𝓼﹕

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Querido Príncipe Menor, Build Jakapan:

Soy Elín, la delegada de limpiar la alcoba de Su Majestad, la Reina.

Limpiaba la alcoba como de rutina esta mañana, y ya estaba por salir, cuando escuche la voz del Príncipe Heredero, junto a la Reina; diciéndole que no esperaba verme. Muy asustada, busqué el escondite más sensato, a pesar del salpullido que me dio después, el banco debajo de la ventana. Ellos entraron a la alcoba, conversando acerca del Rey y las decisiones que estaba por contraer, no explicaron cuáles. Así como dialogaron de que el Príncipe Heredero tiene a alguien como futuro consorte.

Y... Juro esto por mi vida, Príncipe Menor, Build, que después de la plática, atendí sonidos de besos y jadeos. Creí que el Príncipe Heredero había salido, y alguien más ingresó a la alcoba de la Reina... Pero no fue así. Por una brecha del banco, espíe como el Príncipe Heredero sustrajo con fuerza a la Reina de su vestido, mientras ella le exponía que: No deberían seguir haciendo esto, el día de la presentación de los hijos de los Duques fue un error.

Piedad, mi Príncipe Menor, Build, no quería ver estos actos. Y aún no estoy segura si al final se dieron cuenta de que estuve en la habitación, pues no me han llamado. Que tenga un feliz viaje con su familia, querido Príncipe Menor Jakapan, muchas gracias por todo lo que le dio a mi familia, y a mi persona.

Le tengo en gran estima, y que su vida sea tan larga y llena de amor.




Arruga el papel de la carta, arrojándolo al fuego de la chimenea de la habitación, que los Duques de la familia Sumettikul, le proveyeron con mucha atención y cariño. Un verdadero sentimiento por su parte, y no falso. Se acostó en la cama, mirando el techo de esta. Elín, fue una aldeana que conoció a la edad de cinco años, elegida por su madre, por su talento en el quehacer, y sobre todo el té de hierbas. Una mujer humilde de sonrisa sincera y dulce, aunque siempre hubo una inclinación hacia él en cuanto a lealtad. Si, le servía a su madre, la Reina, pero cuando él necesitaba saber algún secreto de ella, Elín se lo decía. Al principio, pensó que era demasiado fácil que se los expusiera, incluso llegó a pensar que ella les informaba de ciertos asuntos de lo que le mandaba hacer, pero no lo traicionó. Parece que nunca paso por su mente hacerlo, y la carta más parecía una despedida que un informe acerca de la Reina y el Príncipe Heredero cometiendo incesto.

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