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AHI SE ENCONTRABA HA-YOON, llorando sentada a las aceras de la calle.
Cuando penso que todo mejoraria, cuando dio su mejor esfuerzo porque eso pasara, y por vivir, todo se va a la grandisima mierda.
Sus padres la habian hechado de casa, alejandola de su hermano menor, lo unico que la hacia sentirse mejor en esos momentos en donde casi acaba con su vida.
La hecharon usando la excusa de que nunca hacia nada, y por no ser admitida en la universidad. Ella solo queria que todos se dieran cuenta de sus intentos por mantenerse respirando todos los dias. Ya no tenia ninguna motivacion, trato de ir a su casa a disculparse, pero lo unico que recibio fue un portazo en la cara. Tenia esa filosa cuchilla entre los dedos pensando en lo que estaba a punto de hacer.
"Me va a doler."
Era lo unico que pensaba. Sin siquiera notarlo, aquel metal filoso se deslizaba por sus venas haciendo salir a la luz ese liquido carmesi. No se quejo, porque le dolia mas aquellos pensamientos que la aturdian.
Estaba sola. Sentia envidia incluso de las palomas que volaban junto a sus almas gemelas.
Y luego se le ocurrio la idea de no morir. No queria acabar asi. No podia dejar que su hermano tenga esa imagen de ella. Aquel niño solia verla como un idolo, queria ser igual a ella. Igual de fuerte, inteligente, queria ser el retrato vivo de su hermana solo para que ella se sintiera orgullosa.
Pero lo que mas le dolia, era que la gente no tenia consideracion por ella. Podria pararse en medio de la calle con una pistola apuntando a su propia cabeza y un auto la arrollaria sin ni siquiera darse cuenta.
Ha-yoon, con la cabeza en alto, y el corazon palpitando con descontrolacion, se paro de su lugar, estando decidida a comenzar de cero.
Empezaria buscando alojamiento. Luego buscaria trabajo, para pagar su alojo. Ha-yoon lo sabia todo. Sabia la razon de los dichos. La razon de las razones. Sabia el porque los adultos pensaban que la juventud estaba perdida, y es porque ellos pudieron ver lo que los adultos no, estaban mas concientes de lo que pasaba en el mundo.
Hizo una llamada. Su unica amiga, Eun-yoo. Esta le habia comentado que vivia en un edificio, un apartamento bastante economico, junto a su hermano Eun-hyuk.
─ ¿Se encuentra cerca de donde estoy? - Pregunto en medio de la llamada. ─ Entonces espera por mi abajo. - Menciono. ─ Si, si tengo dinero. Mis padres me dejaron un poco antes de patearme el trasero. - Contesto a la pregunta de su amiga. ─ De acuerdo, te veo alla. - Dijo y luego colgo la llamada.
Comenzo a caminar, con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. Todo estaba pasando muy rapido, y por alguna razon, sus lagrimas estaban bloqueadas. Queria llorar, pero simplemente su llanto no salia. ¿Se le habian acabado las lagrimas por llorar tanto? Se pregunto.
Alrededor de 15 minutos, llego al Verde Hogar. Aquellos edificios descuidados, sucios y malpintados, ahora serian su hogar.
"Servira por el momento."
Se adentro en el edificio viendo a lo lejos la silueta de Eun-yoo. Aquella pelinegra se acerco a ella uniendose en un abrazo.
Al separarse, Eun-yoo la tomo de los hombros. La vio de arriba a abajo asegurandose de que se encontrara bien. Noto que Ha-yoon, tomaba con sus dedos, ambas de sus mangas.
─ ¿Traes algo en la mano? - Pregunto al ver como ella apretaba el agarre.
─ Amm, no. Solo es... que tengo frio. - Respondio.
─ Ven, tienes que ir con el de seguridad.
─ De acuerdo.
Ambas caminaban en busca del hombre de seguridad. El cual se encontraba en su puesto, dormido en la silla con la gorra cubriendole los ojos y de brazos cruzados.
─ ¡Oye, despierta!
Lo llamo Eun-yoo con un tono irritado. Aquel hombre desperto sin saber ni siquiera que dia era.
─ ¿Eh? - El guardia aun trataba de recuperar la vision. Vio a ambas chicas paradas enfrente de el. - Ahh, eres tu, y... ¿Tu?
─ Soy Lee Ha-yoon, un gusto. - Dijo seguido de una reverencia hacia su mayor.
─ Oh, un gusto. ¿Que necesitan?
─ Señor guardia no se su nombre. - Lo llamo Eun-yoo haciendo que el hombre frunciera el ceño. - ¿Hay edificios disponibles?
─ Si, esta el 1409.
─ ¿Sabes en que piso esta, Eun-yoo?
─ Si, un chico acaba de mudarse en el 1410, un rarito si me lo preguntas. Ten cuidado con el.
Ha-yoon se tenso un poco. Siempre fue muy paranoica. Su mente no dejaba de imaginar imagenes en donde la violaban, le robaban o mataban. Solo asintio a lo que le dijo Eun-yoo.
─ Bien. Aqui estan tus llaves. - El guardia se las dio.
─ Llegamos. Busquemos tu apartamento. - Le comento Eun-yoo.
Comenzaron a caminar por los pasillos. A Ha-yoon le parecia aterrador aquellos pasillos oscuros y sucios.
Al ir caminando, al lado de ellas, paso un chico. Alto, tal vez de su edad o mas. Parecia un vagabundo segun ellas.
─ Ese es el tipo del que te hable. Creo que hoy se iba a matar, lo vi en la azotea cerca del borde.
─ Seguro paso por mucho. Su cara se ve cansada.
─ Tal vez. - Le dio la razon a su amiga. - Llegamos. Abre la puerta.
Ha-yoon se acerco con las llaves en las manos y la puso en la perilla. Comenzo a girarla y la puerta se abrio.
El interior del apartamento no era tan horrible como lo esperaba. Necesitaba un poco de limpieza y pintar las paredes. Probo el grifo, todo estaba en buenas condiciones para su suerte.
─ Lo siento. Es lo mejor que puedo brindarte. Cuando tengamos dinero, viviremos en una mansion juntas. - La animo Eun-yoo abrazandola por los hombros, sacandole una sonrisa a Ha-yoon, quien no habia podido sonreir en 3 dias.
─ No te disculpes. Agradezco que me trajeras aqui, al menos no parecere vagabunda en la calle. - Respondio, pasando su brazo por los hombros de ella por igual. - Y si, tal vez podamos vivir juntas, seremos millonarias y tendremos un gato. - Rio junto a su amiga.
─ ¡No, un perro!
─ Bueno, un gato y un perro. - Dijo dividiendo ambas ideas.
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