Narra Joseph:
Ya era hora de regresar a casa. Extrañaba mucho a los niños.
—¿Lista cariño? —pregunté acercándome a ella.
—Si, ya he guardado todo en mi valija. —sonrio.
Abordamos nuestro avión y unas horas después llegamos a Estados Unidos. Mi madre me dijo que mañana vayamos por Oliv y Chloe, para que nosotros descansáramos.
—Vengo muy cansada, agradezco que tu madre nos haya recomendado eso. —sonreí.
—Yo igual. —dejé mi celular en la mesita de noche.
—Deberíamos de dormir. —me miro.
—Eso haremos, amor. —reí.
Me quite mi camisa y encendí el aire acondicionado.
Ella se acostó en la cama, solamente con su sostén puesto.—Camita, te extrañe. —cerró sus ojos soltando un suspiro.
—Con permiso. —la abracé apoyando mi cabeza en su pecho.
—Joe, pesas mucho. —se quejó.
—Lo se. —me acomode.
—Quítate. —me intento quitar pero no pudo.
—¡Joseph! —grito algo enojada, me quite rápidamente para que no se enojara mas.
—No te enojes. —me hice a un lado.
—No me haces caso. —se cruzó de brazos.
—Yo quería estar abrazado a tu cuerpo.
—Te pareces a Oliver. —soltó una risa mientras acomodaba las almohadas.
—Por algo es mi hijo, mi amor. —sonreí alzando mis cejas.
—Es una mini versión tuya. —rió— tiene tu cabello, tus pestañas, tu nariz, lo mío nada mas son los ojos.
—A mi me encantan tus ojos. —me acerque a ella— los amo.
—Pues yo quería que tuviera tus ojos.
—¡Chloe tiene los míos! —me defendí.
—Pero igual, quería que los dos tuvieran tus ojos, ya que los míos son horribles.
—¡Oye! no lo son, me alegra que Oliver tenga tus ojos.
—Me hubiera encantado que tuviera los tuyos.
—Al parecer no cambiare eso.
—No señor. —negó con una sonrisa.
—Bueno. —me encogí de brazos.
Ella agarró su celular y se acostó al lado mío, empezó a revisar instagram y yo me puse a su lado.
—Eres un chismoso. —rió.
—Quiero ver qué pasa en tu instagram. —sonreí.
—Pues no pasa nada interesante. —hice una mueca.
—Matthew ha publicado una historia, ¿que es? —pregunte y ella abrió la historia.
La cual era una foto de él y Sadie.
—Están muy enamorados, se casarán. —comente.
—Dios si, se van a casar. —cerró sus ojos bajando su celular— no lo puedo creer. —abrió sus ojos.
—Yo tampoco. —acaricie su cabello.
—No puedo creer que mi hermano se casará, y tendrá una familia en un futuro. —me volteo a ver.
—¿No te has puesto a pensar que eso fue lo que él pensó? —acaricie su mejilla.
—No. —negó con su cabeza— en serio no puedo creerlo, siempre pensé que Matthew en algún momento Matthew tendría una familia y se casaría, pero no tan pronto.
—Lo tendrás que aceptar. —limpie las lagrimas que salían de sus ojos— aunque sea sabemos que está con una buena mujer, en serio, sabemos que está con alguien que lo ama demasiado por su forma de ser, y que lo ha soportado tantas pero tantas veces cariño.
—Lo se Joe, lo se, pero igual sigo sin poder creerlo, Matthew es mi hermano y no... —la interrumpí.
—Tu lo dijiste cariño, es tu hermano, y jamás dejará de serlo. —me acerque un poco más a ella— ponte feliz por él, que por fin encontró a una mujer que lo vuelve loco, que la ama y ella lo ama a él. Es algo muy lindo, lo sabes, llevan ¿que? 5 años juntos igual que tú y que yo, pero ellos decidieron casarse años después, cuando ya los dos eran maduros. Cariño, Matthew tiene 23 años, Sadie 24 años, son demasiado menores para mi, pero si los dos decidieron eso es porque los dos conocen su relación. —me acerque a ella para besarla— deberíamos estar feliz por él y ella.
Ella asintió con una sonrisa mientras acaricia mi mejilla.
—Te amo. —se acurrucó en mi pecho, y yo pase mi mano por su cintura acercándola más a mi.
—Yo a ti. —di un beso en su frente.