Había llegado el gran día, ayer habíamos dejado a Chloe y a Oliv un rato con los padres de Joe para comprar los regalos de ellos junto a los de otros familiares.
Ya era 24 de diciembre, el día en el que se come pavo junto a todos tus familiares, a las 12:00 es la hora de los abrazos y siguiéndole los regalos.
Ya eran las 7:00 p.m. los niños pequeños corrían por la casa, mientras Matt y Sadie estaban sentados en el sofá riéndose mientras charlaban, Jess y Jamie hablaban con Joseph, mis suegros y unos tíos de Joe se encontraban hablando en el jardín, yo estaba intentado levantar a Chloe la cual se había quedado dormida hace unas horas.
—Amor despierta. —la moví delicadamente intentando que se despertara.
Vi que no se podía despertar cuando escuché una voz masculina detrás mío.
—¿No se despierta? —preguntó.
—No, tiene mucho sueño. —hice una mueca.
Joseph se dirigió hacia la cama en la que estaba Chloe y yo.
—Dejemos que duerma mas tarde despertará, es obvio. —se acercó a mi rostro dejando un beso corto en mis labios.
Sé que Chloe ya escucho la voz de su padre, así que vi como abrió sus ojos y vio a Joseph.
—La despertaste. —mire a Joseph soltando una risa.
—Tengo poderes. —me miro entrecerrando sus ojos.
—Tengo sueño. —dijo Chloe con su voz adormitada.
—Amor es normal que tengas sueño. —dijo Joe acostándose a su lado— te despertaste a las 5:00 a.m. pero tus abuelos, primos y tu tío Matt está allá afuera, esperando para ver a la chica mas hermosa del mundo. —dijo acariciando sus mejillas.
Sonreí ante la escena que estaba viendo, Joseph con sus hijos era lo más lindo que podía haber en esta tierra.
—¿está el tío Matt? —preguntó Chloe con una sonrisa y yo asentí— quiero ir.
Se sentó en la cama mirándome.
—Esta en la sala.
Ella se bajo de la cama y salió corriendo hacia la sala.
—¡Ten cuidado! —grite.
—Está bien. —Joseph se sentó a mi lado— gracias por la ayuda amor mío.
—Siempre necesitas de mi. —dijo bromeando.
—Tienes mucho ego, eh. —reí negando con mi cabeza.
—Lo se. —puso su cabeza en mi hombro— te amo. —susurro.
—Yo igual te amo Joe. —acaricie su cabello dejando un beso en su frente.
—Eres lo mejor que me paso en esta vida. —sonrió mirándome.
—Tu igual lo eres, tú y nuestros hijos son lo que todavía me mantiene viva. —di un beso pero esta vez en su nariz haciendo que él cerrara sus ojos y me diera una sonrisa.
...
—¿Quieres más vino, amor? —preguntó Joseph a lo que yo asentí.
—Otro año que pasarás con Joseph. —dijo Jess.
—Si, estoy feliz. —sonreí.
—¿Por que estas feliz? —preguntó Joseph por detrás mío dejándome un beso en la mejilla mientras entregaba la copa con vino.
—Porque pase otro año contigo, soportándote. —dije molestando con una sonrisa.
—Oye, eso dolió. —puso su mano en su pecho.
—Perdón. —dije y luego tome de la copa.
—¡Hora del pavo! —gritó la madre de Joseph.
—Es mejor que vayamos. —dijo Joe.
—Si, vamos. —me levante.
Fuimos al comedor donde ya todos estaban sentados y nos sentamos. Joseph ayudó a partir el pavo y luego cada uno empezó a dar gracias por este año, luego empezamos a comer.
—Mami, tengo sed. —dijo Chloe.
—Yo voy, no te preocupes. —dijo Joseph y yo sonreí.
—¿Cuando se van, ___? —preguntó Sadie.
—Oh, nos vamos el 8 de enero. —sonreí.
—¿Cuando regresan?
—El 17 de febrero.
—Me alegra mucho, se merecen esas vacaciones. —dijo Sadie con una sonrisa.
—Y si les dan ganas de llevarnos, ¿quienes somos para negarnos? —dijo Matthew con una sonrisa.
—Matthew. —Sadie lo regaño.
—No te preocupes, Sadie. —reí— ya sabemos como es Matthew.
—Para la niña mas linda. —dijo Joseph dándole la gaseosa a Chloe y se volvió a sentar a mi lado.
—Cariño, ¿tu como vas con tu trabajo? —me pregunto la madre de Joseph.
—Muy bien, me esta yendo muy bien. —sonreí— aunque es muy cansado, aveces me toca dejar a los niños con Joseph y no puedo pasar tanto tiempo con ellos.
—Te entiendo.
