Fortaleza de Plata, Primera Galaxia.
La puerta de suspensión se deslizó a ambos lados. El almirante Wolfe y el secretario general Golden bajaron del coche uno tras otro. Golden dejó cortésmente que el almirante Wolfe saliera primero mientras él sujetaba la puerta con elegancia, agachándose y metiendo la mano dentro, dándosela a su esposa, que seguía en el coche. Se inclinó hacia ella y le dijo suavemente. - ¿Todavía te sientes mal? -
Lin Jingshu asintió con el rostro pálido. El traslado espacial era necesario si no querías pasar trece días de camino desde el planeta capital hasta la Fortaleza de Plata, como el comodoro* Lin. La gente se había mareado en el coche, en el mar y en el aire desde tiempos remotos, no era gran cosa que Jingshu tuviera ahora un mareo espacial.
Golden dijo. - Autoriza a Edén por favor, deja que te ayude ajustando el equilibrador. -
Lin Jingshu sacudió la cabeza en silencio.
Tras la muerte de su hermano, el comodoro Lin, Jingshu había bloqueado la mayoría de las funciones del Edén.
La red del Edén no se logró en poco tiempo. Al principio, sólo se utilizaba en un ámbito muy limitado, como ayudar a la gente a controlar los electrodomésticos y jugar a juegos holográficos. La tecnología se desarrolló en cientos de años, proporcionando cada vez más comodidad en la vida cotidiana. Como resultado, la gente daba constantemente autorización a Edén, del mismo modo que los antiguos instalaban aplicaciones en sus teléfonos móviles.
La Ley de Protección de Redes Mentales estipulaba que Edén debía informar plenamente a los ciudadanos de la posibilidad de que se divulgara su intimidad; sólo después de recibir la autorización podía conectarse la aplicación. Sin embargo, la gente rara vez leía esos términos y condiciones que se detallaban en millones de palabras. En cualquier caso, la legislación y la supervisión eran bastante estrictas desde la creación de Edén, de modo que nadie había oído hablar de escándalos sobre divulgación de la intimidad.
Hoy en día, la apertura, la tolerancia, la franqueza y la libertad de expresión eran una corrección política incuestionable. Salvo algunos religiosos que creían que la penitencia era la forma de cultivarse, sólo Jingheng y sus Diez Escuadrones protegían el Edén. En su día fue un crimen del comodoro Lin antes de su muerte, una prueba inequívoca de su deshonestidad y conspiración, pero ahora se convirtió en un mérito al ser alabado póstumamente por el gobierno de la Unión Interestelar, diciendo que fue "el primero en abrazar el dolor con el propósito de afinarse a sí mismo y a su ejército".
Jingshu recordaba así a su hermano muerto, como un asceta protestante, a lo que Golden no tuvo nada que objetar. Le prestó su brazo con consideración para que pudiera descansar. Su gentileza era en cierto modo un espectáculo en la Fortaleza de Plata, pero también era sincera: por muchos conflictos que hubiera tenido en privado con el comodoro Lin en el pasado, seguía siendo muy afectuoso con Lin Jingshu.
Al fin y al cabo, como belleza que era, tenía el privilegio de ser amada, aunque fuera como un mueble colocado fríamente en su casa.
El comodoro Li, era el nuevo comodoro de la Fortaleza de Plata y llevaba mucho tiempo esperando al almirante Wolfe y al secretario general, así como a su esposa. Dos filas de guardias permanecían detrás de él, solemnes y pulcros, jóvenes y apuestos, de piernas delgadas y cintura fina. Sin embargo, si se miraba con más atención, había algunos detalles extraños que no podían pasarse por alto. Si se ignoraban los números de sus uniformes militares, eran tan uniformemente guapos que parecían salidos del mismo huevo. Casi podían despertar un sentimiento de tripofobia.
El almirante Wolfe era un veterano que pertenecía a los cuerpos establecidos del ejército. Frunció el ceño al ver a los guardias de honor. El comodoro Li explicó en un susurro. - Ahora quedan pocos escuadrones, y los otros... los otros son todos dignatarios revoltosos, además de rebeldes, muy difíciles de controlar. Por lo tanto, tenemos que transferir un grupo de humanos artificiales para la seguridad de la Fortaleza de Plata. ¿Qué le parece...-
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Can Ci Pin | The Defectives (Book 1 - Planet of Desolation )
Ficção Científica"¿Quién será el que entierre a la humanidad, Orwell o Huxley? No hace falta que des tu respuesta tan rápido. Leamos primero una historia. Cuando Lu Bixing, un hipster de la Octava Galaxia, se enamoró de un gángster llamado B4, no sabía que su querid...