Gun tuvo un muy mal primer día de clases en su entrada triunfal a la universidad, desde despertarse tarde, hasta entrar en el salón equivocado, pero, todo puede mejorar.
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El teléfono en el bolsillo del muchacho, que ya va tarde a clases, vibra sin tregua en su bolsillo, un mensaje tras otro cayendo como bombas llenas de angustia maternal e insistencia femenina, dejando al bajito muchacho en un aprieto considerablemente grande, porque es tomar el aparato y responderle una mentira a su madre o seguir subiendo las escaleras en busca de su aula para evitar llegar todavía más tarde a la primera clase.
Gun gira a la derecha en el pasillo contiguo a la bodega, caminando dentro del rango máximo de velocidad antes de echar a correr y que lo amonesten, no necesita algo así esa mañana. Los pasillos están vacíos, ¡Por supuesto! Todos están en clase, como él también debería estar, así que aprovecha para apresurar el paso y dirigirse a las escaleras. Subir cinco pisos a punto de carrera no era precisamente su ideal de ejercicio mañanero, más aún cuando lleva la mochila a la espalda floja y mal puesta colgando de un hombro y su madre insiste en seguir llamando y/o enviando mensajes.
Ah, pero definitivamente se las pagaría esa pequeña demonio que llama hermana tan pronto como la vea en el descanso.
Pim le prometió esperarlo para irse juntos, pero no, ¡No! para empezar, por su culpa se había levantado tarde ya que no puso el despertador y, se tardó demasiado en el baño y se acabó el agua caliente de la ducha y se fue sin esperarlo. Parte de su desgracia radica precisamente en que su hermana menor (porque es menor, aunque diga lo contrario, ya que dos minutos de diferencia al nacer no prueba nada) no tuvo consideración alguna sobre su apurado y estresado ser. Gun sube al quinto piso con éxito, así que puede tomar su teléfono y por fin, responderle a un mensaje a su madre mientras camina por el pasillo.
Mamá: Mamá, ya llegué, voy a clase te llamo más tarde
Teclea a velocidad de la luz y tal vez con algún error ortográfico de por medio, un paso adelante del otro con mucho cuidado, mientras su respiración se ralentiza y avanza, por el pasillo desierto del quinto piso en el edificio norte.
Gun se guarda el teléfono en el bolsillo interior del saco, se acomoda el nudo de la corbata y ajusta su saco, sacudiendo pelusas y alisando arrugas inexistentes. Afianza el agarre en los cordones de su mochila, toma mucho aire y revisa su reloj: cinco minutos tarde. Con el pecho inflado y mucho valor, empuja la puerta.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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