CAPÍTULO 8

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Luhan.

Y justo cuando pensé que no podría pasar algo peor, sucede esto.

¿Quién se cree que es para decir algo como eso?

En un silencio mortal me separo de él y le doy la espalda. Escucho mi nombre, sé que está molesto porque sus gritos logran escucharse más allá de su oficina. Cuando salgo a los pasillos todos me observan y se preguntan qué habré hecho para enfurecer a la bestia.

Le lanzo una mirada de pocos amigos a los que logro conseguirme. Con mi bolso en mano parto hacia mi cita destinada y pienso que él y todos pueden irse al diablo, porque hoy tendría que hacer algo muy importante en vez de estar acostándome con mi jefe, que nada bueno me puede traer.

Yo no soy ninguna propiedad. Se equivocaba, si me acuesto con él no es por obediencia, sólo quiero hacerlo y punto. Por eso ahora siento que la rabia me carcome como un ácido corrosivo, pues no se lo pude decir directamente en su cara y solo me tragué todo lo que siento.

Voy en busca de Yuxuan y ambos partimos hacia una floristería a buscar lindas flores para mamá. Quiero conseguirle algo blanco y grande por su aniversario. Los dos estamos callados. Intuye mi molestia y no dice nada que no tenga que ver con un par de rosas y unos hermosos lirios que parecen gritar con desesperación que los lleve.

Rato después nos encontramos con Suni en el cementerio. Mi hermana viste con su uniforme del colegio privado y se ve mucho más niña de lo que es. Ella tanto como nosotros tenemos el dolor que se nos nota en la cara.

Beso su cabello, la tomo de la mano y camino con Yuxuan hacia aquella pequeña tumba de gris con la placa de MINA LU. No puedo evitar que miles de recuerdos de ella viajen por mi mente. Incluso puedo sentir su olor dulce a canela en medio de todo aquel sitio lleno de muerte que encrespa mis nervios.

—Te extrañamos, mamá —Suni intenta mantener una sonrisa que ahora acompaña con lágrimas.

Yuxuan se limita a estar callado. Esta es la única vez del año que no dice nada y sólo se queda en silencio, acompañándonos y mirando hacia cualquier lado que no sea la tumba de mamá.

Coloco las flores en el jarrón y me alejo para contemplar la placa que certifica que mi madre ha muerto hace dos años con una sonrisa cansada en su rostro.

—Aquí están —dice la voz de mi padre que nos toma por sorpresa.

—¿Qué haces aquí? —dice Yuxuan a la defensiva.

A él no le gusta papá. Siente un rencor profundo hacia aquel hombre que nos abandonó luego de saber de la enfermedad de mamá.

—Sólo vengo a ver cómo están ustedes y a dejar esto —muestra una rosa roja que delicadamente coloca en la tumba—. Has crecido tanto —le dice a Suni quien me aprieta la mano.

—¿Qué pasa, no me van a decir nada? Soy su padre.

—Yo sólo tuve madre —Yuxuan se acerca hacia él pero no mucho porque yo estoy en medio de ambos.

—Ni se les ocurra hacer una escena aquí, por favor —pienso en mi hermana, pienso que está cansada de lo mismo cada vez que nos encontramos con él.

Papá parece destruido por completo. Su bello rostro ahora se aprecia sumido en la vejez decrepita que hunde sus ojos y le agrieta los labios. El descuido incluso hizo que su camiseta blanca parezca amarillenta y con manchas de grasa salpicada. Ahora solo quedaba una sombra de lo que había sido, del hombre que había enamorado a mi madre.

—Yo no intento pelear con nadie. Sólo quiero hablar con mis hijos. Deseo que ellos puedan ver a su padre, que lo ayuden...

—Vete al infierno, no tendrás nada de ninguno de nosotros y si sabes lo que te conviene no te acerques a nosotros —dice Yuxuan.

Atracción inesperada. (HUNHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora