Luhan.
Odio cuando está de un humor insoportable.
No solo es el asunto de correrme de su oficina para estar a solas. También está con que yo tengo que dar la cara a personas importantes e invertirle excusas de peso para justificar su falta a las reuniones.
—Es la asistente del señor Smith en la línea. Quiere confirmar la cita de las 4 de la tarde. También hay dos llamadas en espera para él —Baekhyun me dice por el teléfono.
Muerdo mi labio con fuerza. El corazón me martillea rápido por la rabia que sigue fluyendo en mi cuerpo. No soy bueno para mentir. Odio tener que excusarme por los demás sin ninguna razón.
—Diles que tiene diarrea.
—¿Qué?
—Que le digas que el señor Oh no se encuentra de humor porque parece tener la menstruación.
—Estás loco. Vas hacer que te despidan, Luhan.
—A estas alturas no me importa —le cuelgo.
De verdad me da igual lo que me pase. Estoy cansado de tener que adivinar cuando es el jefe malhumorado o el hombre demandante que tiene que tenerme entre sus brazos.
¿Qué es lo que hay entre nosotros?
Yo no soy de su propiedad y a veces siento impotencia cuando con su simple voz ronca y masculina dice mi nombre y caigo como un tonto en sus estúpidos juegos.
—Ese hombre está loco —me dice JongIn su primo con una sonrisa.
Ni que lo digas. Pienso pero solo le devuelvo la sonrisa.
A pesar de ser familia es totalmente diferente a Sehun. Es más, parecen todos ser normales y Sehun una oveja negra cubierta de mal humor que cambia como las fases de la luna.
Los teléfonos siguen repicando. Los emails llegan sin parar. El Señor Lee está impaciente en el mueble rojo de la sala de espera observando su reloj cada cinco minutos.
—¿Puedo entrar? —me pregunta ignorando a JongIn. Puede que no lo reconozca con todo aquel nuevo aspecto de chico malo que lo hace ver rudo y alto, aunque no tan alto como su primo.
—El señor Oh no puede...
—Por dios. Muchacho ¿acaso estás jugando conmigo?
—Dije que el señor Oh no puede atenderle.
De pronto hay tensión entre nosotros. Las personas me observan desde afuera. Todos esperan con ansias el baño de sangre que puede que se desate en este momento.
—¡Whoa! cálmense todos —JongIn dice suavemente—. Vamos, Señor Lee, no tiene que impacientarse, el señorito no tiene la culpa de que mi primo no pueda atenderlo.
—Necesito que me dé su consentimiento para mandar a imprimir los catálogos —explica hablando entre dientes, conteniendo su impotencia de seguir gritando—. ¿Señor JongIn? —pregunta confuso.
—El mismo. Solo intenté un nuevo look. ¿Qué tal queda? ¿a poco no me quedó genial?
—Bueno, es... diferente.
—Al menos no has me has arrojado tu billetera con miedo a que te la robe.
Poco a poco JongIn distrae al Señor Lee y los dos empiezan a hablar tranquilamente. Noto que no hay más tensión y cuando los demás lo descubren se van a su lugar aburridos porque ya no hay pelea.
Hay una parte de mí que se siente mal porque pienso que si él fuera nuestro jefe las cosas serían muy diferentes en este lugar.
Días más tarde Sehun sigue con su mismo mal humor. Al menos no ha dado indicio de tocarme o querer decirme alguna indirecta sobre nosotros. En estos días se ha comportado de una forma rara. Como si algo perturbara su ya perturbada cabeza. Por su culpa hemos sufrido de grandes retrasos pues solo llega a su oficina y se encierra sin hablar con nadie. De vez en cuando me llama para que le sirva alguna bebida y se queda por un rato contemplándome, como si tuviera pensado en hacer algo pero cuando creo que lo va hacer solo me dice que me largue.
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Atracción inesperada. (HUNHAN)
Novela JuvenilAdaptación de la novela "Atracción inesperada" de Teresa Castillo Mendoza. Todos los créditos a la autora original. ESTA HISTORIA NO ME PERTENECE.