CAPITULO 12

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Luhan.

Es un demonio precioso que me ha aterrado.

Jamás pensé que Sehun fuese capaz de comportarse de esa manera. Su forma de gritar y tomarme por la fuerza en aquella reunión me hizo abrir los ojos y meditar si estaba haciendo lo correcto.

¿Por qué todavía pienso en él? Soy un tonto que sigue llorando mientras que mi pecho duele cada vez que me acuerdo de sus gritos de terror sobre mí. Su fuerza apretando mi brazo hasta el borde de lastimarlo. Sehun se ha enceguecido de rabia y no se ha dado cuenta que habíamos personas a su alrededor. No le importó porque en ese momento sólo tenía un objetivo fijo. Su hermano ShiXun.

El parecido de ambos me ha dejado sin aliento. Ambos hombres son exactamente iguales pero con diferencias que podían delatarlos en fracciones de segundos. Por lo poco que conocí de ShiXun me di cuenta que es alguien encantador, su aire relajado me hace sentir mucho más tranquilo a diferencia de Sehun con quien siempre tengo que estar en guardia. Hablar con ShiXun, reírme de sus tonterías es mucho más fácil que tratar de adivinar aquellos pensamientos nebulosos de su hermano.

Además, está esa forma radical de vestirse. Sehun siempre en trajes costosos, corbata que combina con zapatos relucientes. Ver a ShiXun es ver una versión casi insana de su hermano. Él es el único que no vestía traje y su smoking era solo una chaqueta de cuero negra que se adhería a su fuerte musculatura. ¡Por dios! También usaba jeans, lo que resulta gracioso porque Sehun jamás pensaría en usarlos.

El timbre de la casa suena un par de veces. Yo evito hacer cualquier movimiento, no quiero moverme de mi confortable cama y menos separarme de mi gato de peluche. Sé que debo verme ridículo de esta manera. Todo infantil, con un mono grueso y medias dispares que me llegan a los tobillos. Es como si pasara por un estado frágil y delicado donde temo poder romperme.

-Luhan -la voz de Suni me sorprende. Ella tiene una de esas sonrisas cómicas y cómplices en su cara-. ¿A que no adivina que pasó?

No contesto. Me limito a ver la hora en el reloj. Son las 9: 45 am-. ¿No debes estar en la escuela? -frunzo mi ceño. Ni siquiera la veo con su uniforme.

-Llamé al colegio. Dije que no iría porque te tengo que cuidar.

-Yo no estoy enfermo.

-Yo creo que sí. Es la primera vez en años que te veo en tu cama un día de semana a media mañana.

-Me tomé el día libre -respondo con la absoluta verdad. Es un día libre. Me lo merezco después de lo que me hizo pasar-. Y quita esa rara cara ¿Qué tienes?

-Pues, te ha llegado algo hermoso. Ven deprisa a la sala; Tienes que verlo.

Su mano me toma sin contemplaciones. Me dejo llevar por ella como si me faltaran fuerzas para caminar. Arqueo mi ceja sin poder evitarlo. En la mesa y en el suelo hay como una docena grande de rosas rojas y blancas que me producen gripa. Nunca antes he visto algo como esto. Ni siquiera pensé que Sehun fuera capaz de hacer algo tan ridículo como esto.

-Tiene una nota -ella da saltitos de alegría como si todo esto fuera solo para ella-. ¿No quieres leerla?

-Tira toda esta estupidez.

Él ni siquiera tiene la remota idea de lo que puede gustarme. Piensa que soy un chico básico que se conforma con este tipo de cosas tontas y cursis.

-¿Tirarlas? ¿Te has vuelto loco? De seguro le habrán costado una fortuna. Y son para ti.

Le doy la espalda y me devuelvo a mi habitación donde me pongo a leer un libro mientras disfruto de la tranquilidad que por primera vez en mucho tiempo no sentía y aun así estoy inquieto. Hay algo que me está carcomiendo. No sé si es la costumbre de tener que ir de aquí para allá, siempre a todos lados y correr casi descalzo en la oficina porque a él siempre se le antoja un nuevo capricho.

Atracción inesperada. (HUNHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora