El habitante de las estrellas. (Traducción Finalizada)

6

Al ver a Eldorado arrojar llamas a las brasas de la hoguera que preparó desde la última vez, Noah lavó una rama enorme, que había encontrado cerca del río, y clavó los Tuffaha en ella haciendo una brocheta. Después de colocar varios alrededor de la fogata, trató de sentarse en una roca de buen tamaño para poder escuchar su historia y sin embargo, Eldorado gruñó con desaprobación y dijo:

"Ven aquí."

"¿Eh? ¿De verdad?"

Lo jaló utilizando el hocico y le hizo sentarse sobre sus patas delanteras.  Eldorado entonces envolvió su cola alrededor del vientre de Noah, volvió sus ojos dorados en su dirección y dijo: 

"Debido al baño, siento que tu cuerpo ahora está bastante helado. Voy a asumir toda la responsabilidad y te calentaré adecuadamente ¿Está bien?"

Aunque no iba a admitirlo abiertamente, al dragón le preocupaba que Noah sintiera frío debido a todo el tiempo que estuvo ocupado con él en el río. Ya lo sabía, pero siempre le hacía feliz percatarse de que de verdad era un dragón muy educado y sobretodo, muy gentil con los que lo necesitaban.

"Gracias..."

Pero mientras le dedicaba una sonrisa tonta al dragón, Eldorado solo dijo:

"Solo... Es por cortesía."

"De acuerdo."

Luego, todavía envuelto firmemente alrededor de su cintura, Eldorado se aclaró la garganta y comenzó a hablar:

"En fin, continuando con la historia... Un "hombre dragón" es una mezcla entre un dragón y un humano. Desde el cuello hacia abajo, tienen casi el mismo cuerpo que una persona de tu especie pero, la diferencia es que toda su piel está cubierto de escamas y también continúa llevando una cola."

"Ahora que lo mencionas, escuché que hay una raza llamada "Beastkin" que tiene exactamente las mismas características que mencionas."

Nunca lo vio en persona, pero esas historias eran muy populares en la aldea. Razas que eran mezclas de bestias y humanos. Criaturas que tenían la misma cabeza que un animal y que del cuello para abajo, poseían características de humano. Había leones, ciervos, cabras, todo lo que pudieran imaginar. ¿Pero también pasaba lo mismo con los dragones?

"¿Entonces de verdad existen?"

Eldorado asintió hacia Noah, quien había inclinado la cabeza como si quisiera escuchar mejor. 

"Noah, ¿Conoces Oran Saran?"

La noche en que la luna llena se pintaba de rojo recibía ese nombre. Eldorado le dijo a Noah:

"Nosotros, los dragones, llamamos a la persona que amamos profundamente nuestro "compañero destinado". Es una pareja especial que se enlaza a nosotros bajo la luna roja en la noche de Oran Saran. Sin embargo, no cualquiera puede encontrarlo. Solo existen un puñado de bestias a lo largo del mundo que pueden tener a su lado a alguien a quien amar profundamente. Lo suficiente como para estar seguros de que son la mitad de su propia alma."

"Un compañero destinado ¿Eh?... Es muy romántico."

Noah sonrió, pero Eldorado derramó una risa un tanto irónica. 

"Romántico... Bueno, tal vez así suene para ti." 

Noah estaba confundido. Eldorado seguía negando con la cabeza.

"... Conocer a un compañero destinado es sin duda una gran alegría para un dragón. Sin embargo, también es un arma de doble filo. Pone en riesgo tu vida."