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El mar azul se extendía con fuerza frente a él.

Mientras Noah miraba las olas blancas, rompiendo y retrocediendo lentamente una y otra vez, supo que era ese sueño que había visto ya en varias otras ocasiones. Para empezar, él nunca antes había ido al océano en persona.

(... Siempre me pregunto por qué sigo soñando con un lugar en el que nunca he estado.)

En cuclillas, comenzó a recoger arena del suelo solo para dejarla caer entre sus dedos. Luego, las pequeñas dunas de arena fueron barridas rápidamente por las olas hasta desaparecer sin dejar rastro y sin embargo, lo más curioso de esto era que la sensación de los finos granitos de arena, picando su piel, todavía quedaba a la perfección en la punta de sus dedos. Tan real como si realmente lo estuviera haciendo en ese momento. Cada vez que el agua retrocedía, sus pies parecían ser llevados junto con ella hasta alejarse. La fuerte luz del sol quemaba su piel e incluso podía escuchar a las aves volando alto en el cielo. El olor de la marea, que llevaba el viento, y el sonido repetido de las olas era muy... Definido. Aunque era una sensación vaga propia de los sueños, también era como estar allí. Es decir, definitivamente podía sentir el océano con sus cinco sentidos. ¿Pero por qué alguien como él, que vivía en un pueblo rodeado de desierto, conocía tan bien el mar? ¿Por qué soñaba con un sitio cómo este? 

(¿Alguna vez estuve allí antes de ser adoptado? Pero mi pueblo original también estaba rodeado de bosques. No tiene sentido).

Mientras se preguntaba sobre esto, Noah suspiró. Definitivamente era raro poder ver un paisaje que no conocía y, por alguna razón, incluso le parecía curioso estar tan feliz mientras se sumergía en él. Sentía que había visto este mar con alguien importante en un pasado muy, muy lejano... 

(Supongo que con mis padres...)  

Pero mientras se preguntaba si llegaría el momento en que sabría la verdad, Noah se sacudió la arena y finalmente se puso de pie. Ese fue el momento:

"Ummm..."

Había algo muy frío en su frente. Una cosa bastante diferente de la sensación que tuvo en su sueño. Noah abrió los ojos de poco en poco, sintiendo la manera en la que sus funciones volvían a la realidad de inmediato debido a lo rico que era liberarse de tanto calor y al mismo tiempo, una gran mano, cubierta de escamas rojas, apareció frente a su cara. Por supuesto que Noah murmuró el nombre que inmediatamente le vino a la mente:

"¿Eld...?" 

Los dedos frente a él eran grandes y ciertamente tenían muchas escamas, pero tenía la misma forma que la de un humano. Era claramente, diferente de las patas delanteras de un dragón.

(... Pero si ese es el caso, ¿Entonces quién es este?)

Su cuerpo se sentía bastante caliente y no podía pensar bien. No obstante, pronto pudo escuchar una voz que le resultaba increíblemente familiar: 

"... ¿Te sientes mejor?"

"¿...?"  Mirando esa cara, Noah de repente se levantó, sorprendido. ¿¡¡Eh!!?"

Y es que lo que tenía al frente, era el rostro de una criatura que nunca antes había visto en su vida.

"¿Eres un dinosaurio?"

"... ¿Pero qué estás diciendo?"

Su rostro rugoso estaba cubierto de hermosas escamas color carmesí. Tenía una nariz prominente y una boca bastante grande. Asomándose desde allí, había unos colmillos hermosos de color blanco puro y arriba, unas pupilas negras y delgadas que parecían como si hubieran sido cortadas con cuchillo. Aunque tenía un cuello largo y grueso, todo su cuerpo era justo el que esperaría ver en un hombre musculoso y su ropa era la que tendría un ser humano. Sin embargo, la piel que se asomaba a través de ella estaba cubierta con las mismas decoraciones rojas que en su cara. 

(Es una criatura que parece una mezcla de dragón y humano... No puede ser ¿Él es...?" 

"¿Eld?"

De inmediato, la criatura entrecerró sus ojos dorados y asintió. 

"Exactamente. ¿Cómo te sientes?" 

Noah estaba perplejo al darse cuenta de que estaba en su antigua habitación, en el pueblo. 

"¿Por qué estoy aquí...? No, más importante ¿Por qué te ves asi?" 

Noah trató de levantarse, pero de repente se sintió mareado y gimió con toda su fuerza. Ahora que lo pensaba, su cabeza había estado palpitando desde hace un tiempo y su garganta ardía tanto como para ni siquiera poder tragar. Eld se inclinó para adelante y decidió acariciar suavemente la espalda de Noah mientras tosía. 

"No exageres. Te derrumbaste en la cueva en la mañana, por eso te traje aquí... Dormiste durante todo el día". 

Ciertamente, la luz del sol que entraba por la ventana se veía bastante brillante. El dragón asintió cuando le preguntó si podía beber agua, e inmediatamente después, Eldorado vertió un poco de una jarra, en una mesa cercana, a una taza de madera que parecía hecha a mano. Noah se rió un poco de Eldorado, quien evidentemente tenía cuidado de no lastimarlo al tener las garras tan afiladas.

"... No te rías. Ha pasado medio día desde que regresé a esta forma así que me cuesta muchísimo ajustar mi fuerza".

Al escuchar esa voz baja y poderosa, Noah se sintió aliviado de que realmente fuera Eldorado, y comenzó a hablar mientras bebía un poquito de agua. 

"Entonces… ¿Por qué Eld se volvió así?"

"Probablemente porque me sorprendiste."

Noah suspiró ¿Realmente podía ser tan fácil cómo eso? Era un poco extraño que hubiera cambiado su apariencia por el dolor de perder a su madre, y que un detonante tan simple lo devolviera a la normalidad. 

(¿Eld está escondiendo algo?)  

Intuitivamente, Noah abrió la boca. 

"Yo no..."

Sin embargo, solo unas pocas palabras le hicieron toser con fuerza y no pudo continuar con su oración. Eldorado, quien inmediatamente recogió el vaso de manos de Noah, acarició suavemente su espalda y lo calmó diciendo que respirara profundo. 

Después de que cesó la tos, volvió a recostarlo en la cama, con la espalda apoyada contra la pared, y trás arreglar la colcha de Noah, Eldorado colocó su enorme mano contra su mejilla y le dijo:

"Duerme un poco más. El médico dijo que es solo un resfriado, pero la fiebre no quiere bajarte tan fácil. Probablemente es porque te has estado excediendo al vivir en esa cueva conmigo todos los días. Lo siento mucho".

Intentó negarlo, pero siguió tosiendo tan fuerte que hasta lloró. Eldorado entrecerró los ojos dolorosamente, como si él fuera el enfermo.

"No te fuerces a hablar. Tu cara sigue roja…"

Murmuró Eldorado, subiendo ahora los dedos hasta dejarlos en la frente de Noah. La sensación fría le recordó al joven la frialdad que sintió cuando se despertó de su sueño. 

(... Entonces ese era Eld. Se sintió estupendo.)  

Las manos de Eldorado, cubiertas de enormes escamas, eran tan frías que se sintió como si estuvieran absorbiendo su calor de raíz. Y con esos mismos dedos grandes, envueltos perfectamente alrededor de su frente, brotó una sensación incondicional de seguridad que hizo que los párpados de Noah se volvieron tan y tan pesados que ya no pudo sostenerlos. 

Eldorado habló en voz baja a Noah, quien pareció estar a punto de dormir. 

"... Descansa. Todo estará mejor en la mañana." 

Tenía que decirle que no era su culpa que se hubiera resfriado y que vivir en su cueva nunca le pareció ni un poco difícil.

"Buenas noches, Noah".

Pero no hubo voz para detenerlo.

Antes de darse cuenta, volvió a caer en un sueño que estaba completamente pintado de azul.

El habitante de las estrellas. (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora