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Tan pronto como puso a Noah en la cama, el dragón carmesí lo besó imprudentemente por todos lados.

Noah no tuvo más remedio que reírse de él:

"Espera un minuto, Eld. No hay prisa".

"No, no puedo esperar. Te quiero ahora..."

No solo sus labios, sino también sus mejillas y lóbulos de las orejas estaban en un contacto constante con sus escamas, así que Noah soltó una carcajada involuntaria debido a tantas cosquillas. Obviamente fue sorprendente cuando lo cargó un momento, pero Noah realmente no quería detenerlo. Estaba deseando verificar la existencia y la temperatura corporal de su pareja por sus propios medios, por lo que parecía complacido de que no ocuparan esta noche solo para hablar. 

"Necesito comprobar que eres completamente mío". 

Pero Noah empujó la nariz de Eldorado hacia atrás con la mano. Luego habló:

"Eld, al menos espera hasta que me quite la ropa."

"Ah..."

"Lo haré rápido. Será rápido, mi amor." 

Tranquilizando a Eldorado, que estaba golpeando la cama con la punta de su cola, Noah comenzó a quitarse la ropa para que viera que estaba diciendo la verdad. Eldorado, que estaba vuelto un terrible desastre de hormonas y calor acumulado, cubrió a Noah tan pronto como sacó las piernas de su ropa interior y luego, lo besó hasta hacer obvio para todos que ya no podía esperar ni un segundo más sin hacerle el amor.

Sin embargo, Noah también estaba ansioso:

"Lo siento por hacer que te preocuparas tanto."

"Noah está a salvo ahora. Eso es lo único que importa."

Asintiendo con la cabeza, Noah decidió colocar las dos manos en la espalda de su pareja. Las suaves escamas carmesí parecían tan calientes bajo sus yemas que pensó que tal vez estaba en celo y, si ese era el caso, entonces no era nada extraño que Eldorado hubiese decidido comenzar a actuar así de un momento para otro. 

Noah siguió acariciando su piel con la punta de los dedos y cerró los ojos ante los besos que caían en su cuello, claviculas, pecho y brazos.

"Ah, ah..."

Y entonces Eldorado, que siempre había hecho todo lo posible para evitar que Noah se asfixiara en la intensidad de sus deseos, incluso al momento del Oran Sarang, lo trató con tanta violencia que empezó a ser obvio el hecho de que no se estaba conteniendo en lo más mínimo. En realidad, Noah había quedado a merced de su lengua, de sus manos y de su cuerpo, de tal manera que inmediatamente después comenzó a tener muchísimo dolor. No obstante, también era agradable que la persona que amaba más que a nadie en el mundo entero, fuera tan imprudente y necesitado por él al estar en la cama.

"Ah, ah, ah, Eld... ¡Eld!"

Incapaz de soportar el fuego que ardía en el centro de su cuerpo, Noah se retorció en los brazos del hombre dragón y comenzó a abrirse de piernas. La verga expuesta de Eldorado ya estaba hirviendo, y el peso del sus testículos contra su carne le estaba dando la ilusión de tener sed a pesar de que lo estaba alimentando con sus besos. Y cada vez que se frotaba contra las zonas resbaladizas de su culo, el calor que había nacido en lo más profundo de su cuerpo crecía más y más y MÁS hasta que solo deseaba ser consumido por ese placer que solamente él podía darle.

"Te necesito ahora mismo, Noah."

Dijo.

"Ah, sí. Sí. Yo... Ah. Yo también."

El habitante de las estrellas. (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora