Merlina Y Xavier - Mi Dulce Tormenta (Wednesday)

Capítulo 2 (Parte 1)

Nota. Sean libres de imaginar la edad de Merlina y Xavier a su gusto.

***

No supo cómo llegaron hasta su habitación, tampoco le importó en lo más mínimo. No cuándo los labios de Xavier volvieron a capturar los suyos en un beso desesperado que la dejó sin aliento una vez más. 

Merlina tiró de su cuello, intentando tener mejor acceso a su boca y todo lo que ello podría conllevar. Deslizó su lengua entre sus labios, abriéndolos para un beso más profundo. Quería sentir el calor de su piel, su aliento contra su cuello. Deseaba poder oler su aroma familiar, mientras sentía sus manos de pintor recorrer cada centímetro de su cuerpo. 

Dejó que sus manos que pasaban la mayor parte del tiempo manchadas de pintura y carbón subieran por lo largo de su costado hasta llegar a ambos lados de su rostro. Sus delgados dedos se posaron a cada lado de sus mejillas atrapandolas en una suave presión. 

—También te echo de menos—dijo Xavier en medio de un largo suspiro. 

Merlina agarró los bordes de su camiseta y tiró hacía arriba, y él la ayudó a quitarse la blusa. Sintió sus suaves manos agarrar su pecho, y ella lo miró. La naturalidad con la que Xavier la tocaba, la abrumó y la fascinó por partes iguales. No podía concentrarse en nada más que no fuera en el rostro de Xavier y el calor que desprendía su piel contra la suya.

—Y Yo a ti—dijo Merlina, mientras sus manos de escritora rápidamente encontraron lugares para aterrizar en su cuerpo. Empezó desde el estómago, continuó su recorrido hacía su pecho y terminó con sus manos sobre su cabello donde jaló para atraer más así misma. Había pasado innumerable veces sintiendo y observando a Xavier que sabía de memoria cómo se veía cada parte de él. Y le gustaba. 

Ambos comenzaron un retroceso hasta donde se ubicaba su cama. Cuando Merlina sintió topar contra la base de madera, se dejó caer con confianza a la suavidad del colchón, tirando a Xavier con ella. Merlina no trató en molestarse en ocultar los sonidos que escapaban de sus labios. Él sonrió y luego movió la lengua a lo largo de su piel, creando un camino de su cuello hasta su oreja, donde terminó mordisqueando juguetona mente el lóbulo.

—Dios, te amo demasiado. No puedo creer cómo sobreviví todos estos días sin ti—dijo Xavier con anhelo y deseo. 

Merlina quería corresponder con las mismas palabras, pero no pudo de nuevo. Por más que se esforzaba para que sus labios se movieran y formulaba lo que su mente quería gritar, no lo lograba. No mientras Xavier presionaba su cuerpo contra el de ella mientras la besaba. 

No entendía porqué era tan complicado expresarse. No era como si sus sentimientos estuvieran confusos. Ella sabía lo que sentía exactamente por Xavier, lo supo desde hace meses atrás. Tenía las palabras en la punta de la lengua, pero aún así no lograba decirlo en voz alta para que él lo escuchará. 

Xavier movió su mano más arriba de su muslo. Podía sentir sus pechos rozando ligeramente contra él. Sintiéndose ambos desesperados en el momento, se ayudaron mutuamente a deshacerse de la ropa que les quedaba.

—No quiero que te sientas presionada nunca más. Si no estás lista para decirlo, está bien...—dijo Xavier. Lo sintió entrar lentamente. Merlina dejó escapar un suspiro prolongado cuando él se deslizó contra ella—Se lo que sientes por mi, tal vez no pueda escucharlo, pero sí puedo sentirlo.