Merlina Y Xavier - Mi Dulce Tormenta (Wednesday)

Capítulo 1 (Parte 1)

No sabía cómo funcionaban las rupturas románticas, no al menos hasta que Enid se enteró del fracaso de su relación y fue su manual personal de cómo sanar lo que debía ser un corazón roto. Luego de una semana en donde por fin su amiga pareció notar la ausencia de Xavier a su alrededor, la interceptó en medio de un pasillo para saber qué era lo que pasaba entre ellos. 

—¿Qué sucede entre Xavier y tu?, ¿Acaso están alejados de nuevo?. 

—¿Qué te hace pensar eso?—preguntó con una pizca de sarcasmo que Enid pareció no detectar. 

—Él ya no se sienta con nosotros a la hora del almuerzo, y tú tampoco vas por las tardes a su cabaña—respondió al salir de la última clase del viernes. Merlina trató de apresurar el paso, pero la velocidad que Enid poseía derivado a su licantropía, hizo difícil poder sacarle al menos un paso de distancia—No me digas, sigue molesto por lo del concurso. Porque no fuistes, ¿Verdad?. 

Merlina bufo molesta, se dio la vuelta sobre sus talones y miró a su amiga con una mirada fría. Enid parecía curiosa mientras esperaba una respuesta, supuso que ya sabía de qué se trataba toda esa distancia entre Xavier y ella. Al fin y al cabo, su amiga lobo sí había ido al concurso de arte, mientras ella no. 

—Si, dejo muy en claro su molestia hacía mi falta de interés por sus actividades. Así que terminamos. Tu sabes como es Xavier, le da demasiada importancia a cosas tan pequeñas e insignificantes. 

—No creo que haya sido algo insignificante, Merlina. Ambas sabemos lo ilusionado que estaba Xavier. Tu misma lo escuchaste hablar en el comedor sobre sus competidores. Él realmente quería ganar, sobre todo luego del esfuerzo que puso en su trabajo. 

No negaba eso, todo lo contrarío. Ella había presenciado en primera fila como Xavier tiró a la basura innumerables bocetos al no estar con ninguno satisfecho, incluso podía contar todas las horas que se dedicó a elegir los colores adecuados que utilizará para la elaboración del paisaje. Recordaba todos esos días en la cabaña donde Xavier miraba de esquina a esquina el lienzo, tratando de encontrar alguna imperfección antes de entregar su pintura al concurso. Él realmente se esforzó. Y nadie en Never More podía decir lo contrario. Y si alguien lo hacía, Merlina estaría más que feliz de abofetearlos. 

—Dime, ¿Cómo te sientes tu?. ¿Estás bien?, ¿Piensas hablar con él sobre lo sucedido?... Creo que si te disculpas podría ser un buen comienzo para arreglar las cosas con Xavier. Ambas sabemos que es un chico razonable y está locamente enamorado de ti. Si le dices como te sientes al respecto, podrían solucionar las cosas. Podrían volver a estar juntos, y seríamos de nuevo las dos mejores amigas junto a los mejores amigos. ¿No sería eso genial?—ánimo con un pequeño golpe de hombro. 

—No tengo nada de qué disculparme. Las disculpas son cuando uno se siente culpable por algo, y yo no me siento así—respondió a la defensiva. Al ver como Enid parecía querer agregar algo más, continuó—Terminamos, Xavier y yo somos historia. Y no quiero hablar más al respecto, ¿Entiendes?—señaló con el dedo, dándole una advertencia para que dejara todo ese tema por la paz. 

Enid levantó ambas manos en señal de rendición y dio un paso atrás. Merlina se sintió satisfecha, dio media vuelta y continuó su camino a su dormitorio. Lo que menos quería era pensar en Xavier, mucho menos en todo lo que la hizo sentir cuando la dejó sola en su habitación. Pero era difícil cuando los maestros a lo largo de esa primera semana lo felicitaban por haber ganado el primer lugar del concurso, o cuando sus compañeros le preguntaban a ella dónde había estado cuando la premiación sucedió. 

Merlina no dio ninguna explicación a nadie que la cuestionara por los pasillos de Never More, porque no sentía que tenía que hacerlo. Todos eran unos simples mortales que no necesitaban saber lo que pasaba en su vida. Incluso hablar con Enid era difícil e incómodo en algunas ocasiones, con desconocidos era mucho peor.