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"Semillas"

*esto no es una equivocación, es relevante*

— ¡Jinyoung! — gritó la joven desesperada — Aguanta un poco.

Sus dientes se clavaron una y otra vez en la piel, el veneno le picaba en las puntas de los dientes y se absorbía en la piel del chico.

— Yo... Chae — gimió el humano en los brazos de la mujer — Te amo

Sus ojos se encontraron. Chae tomó su rostro en sus manos y lo besó delicadamente.

— Solo espera un momento, el veneno hará efecto — dijo ella con el mismo tono suplicante.

Jinyoung sonrió, una última sonrisa que quedó plasmada en su cuerpo a medida que sus ojos se cerraban lentamente. La mujer, que aún lo sostenía, lo sacudió rápidamente.

— ¡No, no puedes dejarme, Jinyoung! — grito sollozando.

El alarido de tristeza resonó por las altas paredes qué los rodeaban. El pulso del humano era imperceptible incluso a sus propios oídos más desarrollados.

Con la mirada fría, dejó delicadamente al hombre en sus manos en el suelo. Y solo tuvo que levantar la vista para que las personas que la rodeaban se arrodillaran ante ella.

— Quiero que traigan al brujo más capaz que encuentren y no me importa a quien tengan que matar en el camino — exigió la mujer mientras se ponía de pie — Le pagaré lo que sea a quien sea capaz de traerlo a la vida. ¡Ahora, salgan todos de aquí!

— Majestad, pero la guerra. No podemos dejar qué continúe. — exclamó uno de los soldados en la primera fila

— Yo misma me haré cargo de ponerle fin — contestó Chae mientras los sirvientes le abrían la enorme puerta.

Se escucharon algunos jadeos de desaprobación entre los presentes, pero nadie se atrevía a decir algo. Una orden de la Reina era una orden suprema y todos debían acatarla.

Los soldados se desplegaron en tropas y pronto la habitación con el humano inerte había sido vaciada.

Como había prometido, Chae había acabado con la guerra humana que le había arrebatado la respiración al amor de su vida. La sangre de los líderes de batalla se esparcía por toda su ropa, le parecía inhumano como hombres resguardados daban órdenes a simples humanos qué estaban destinados a morir en el campo. Se enfrentó a ellos sin ningún arma, a un nosferatu no le hacía falta más que sus colmillos para acabar con cualquier ejército. Especialmente a ella, la reina.

Suspiró y más lágrimas rodaron por sus ojos mientras se desplomaba en el suelo lleno de sangre, no había sentido placer en aquel banquete. Su pecho estaba oprimido, era como si los pocos sentimientos humanos qué aún conservaba se hubieran esfumado con Jinyoung.

Cuando el sol se había metido por completo, regresó a su enorme hogar en el bosque. Y aunque la recibieron como todos los días, ella no estaba de ánimos para más. Subió a la enorme sala en la que aún descansaba el cuerpo de su amado y se acostó entre sus brazos, ahora helados.

— Majestad — se escuchó al otro lado de la puerta — Han traído a una bruja.

Chae se puso de pie de inmediato y abrió ambas puertas para dejar entrar a sus tropas.

— Examínelo — ordenó la reina.

— Ese hombre ya está muerto — dijo la bruja y esquivó la mirada.

— Examínelo — gritó de nuevo Chae y en su voz se escuchó la súplica.

La bruja se acercó de mala gana, tantos colmillos eran capaces de intimidarla. Pasó sus manos a unos treinta centímetros del cuerpo del hombre y destellos amarillos salieron de ellas.

— ¿Le ha inyectado veneno? — cuestionó sorprendida — Pero fue demasiado, ha ahogado su sistema, es por eso que no se ha convertido.

— ¿Qué quiere decir? — interrogó Chae — ¿No está muerto?

— No, no lo está. Tampoco diría que está vivo, pero por lo que puedo observar se ha quedado a mitad de la transformación. Debe liberar su sistema, su veneno es muy fuerte, una sola mordida bastaba — concluyó la bruja.

Había sido culpa de Chae qué Jinyoung no pudiera despertar. Se había desesperado tanto que inyectó tanto veneno como salió de sus labios. La culpa la invadió tan rápido como el sentimiento de alivio, aún podía hacer algo por él y lo haría, así tuviera que entregar su vida a cambio.

— ¿Usted puede hacer eso? — suplicó Chae.

— Podría, pero necesitaré ingredientes muy específicos

— Pida lo que sea y será suyo — aseguró Chae.

— Necesito la sangre del bebé de la familia Han, solo eso es suficiente para crear el elixir, qué cura todo mal — dijo la bruja por fin.

— Ya han escuchado su próxima misión, aniquilen a todo aquel que se interponga en el camino — decretó Chae a sus soldados.

La cacería había comenzado.



LIIN

ELIXIR | minsung ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora