Estaba con el profesor Slughorn preparándole un informe para su próxima clase con los de primer año.
El salón estaba en silencio, solo con el ruido de la pluma haciendo fricción con el papel del pergamino mientras escribía.
—¿Qué hay de ti y la jovencita de Ravenclaw? —Habló de repente, levanté la mirada para verlo.
¿Que era esa pregunta?
—¿Metta?
—La de siempre, Tom —Rió acomodándose en su silla, yo empecé a sentirme incómodo.
—No sucede nada, profesor... Solamente compartimos ideas, debés en cuando —respondí, volviendo a escribir.
—Me he dado cuenta como la mirás —Dijo, yo apreté la pluma tenso. —Y he notado como ella te mira...
Al escucharlo decir eso levanté la mirada, atento.
—¿De qué manera, señor? —pregunté curioso, él sonrió.
Alguien tocó la puerta, el profesor dió permiso y entró ella, con su radiante sonrisa de siempre, y como es costumbre últimamente, dándome cosquilleos en la panza.
—Buenas tardes, profesor —saludó y después me miró a mí, sonriéndome abiertamente.
No le devolví la sonrisa, con lo que me había insinuado el profesor decidí mostrarme apartado.
—He traído los libros que me ha pedido profesor —Dijo Elizabeth dejando los libros en el escritorio del profesor.
Se acercó a mí y se sentó al lado mia.
—Perfecto... ¡Oh me olvidé! —Exclamó el profesor. — La profesora de adivinación me necesitaba... Ya vuelvo chicos, y Metta ¿Podría acomodar los libros en la librería? —preguntó, Lizzie asintió.
El profesor se fue dejandonos solos, creando un ambiente tenso.
—¿Ya no saludas, Tom? —habló Lizzie, yo suspiré. —¿Volverás a tomar distancia frente a los demás cuando esté a tu lado?
—Lo lamento... Estaba distraído —dije volviendo a escribir.
Aunque no la veía, prestaba atención a sus murmuros y como se movía por el salón empezando a acomodar los libros.
—La otra vez estaba hablando con Peter—Habló de repente con entusiasmo. —él habia pensado que eras mi pareja, pero le dije que solo eres un amigo.
Algo se removió en mi estómago al escucharla decir eso. ¿Amigo? ¿Amigo? Algo dentro de mi grita que no.
—No me interesa lo que piense o hagas con tu amigo —exclamé de mala gana, y arrepintiendome después.
—¿Qué sucede contigo Tom? —exclamó dejando caer un libro y después volverlo a poner en su lugar. —Andas hablándome mal estos días, ¿Está todo bien?
—Lo único que haces es hablarme del chico Gryffindor, ¡Y sinceramente no me interesa! —respondí con el mismo tono.
Ella guardó silencio, y ahí supe que algo estaba mal conmigo.
—Lizzie...
—Tranquilo Tom, te entiendo. No te agradan los Gryffindor y lo comprendo, disculpa por molestarte —Dijo dándose vuelta para volver a acomodar sus libros.
—No es eso —dije pero sinceramente no sabía que decirle, pero mi estupidez habló antes. —Simplemente estoy celoso.
Ella volteo a verme, y yo me quedé estático, ¡Como mierda iba a decir eso!
—¿Por qué? —tartamudeo, y yo solo quería que me Tragará la tierra.
—No, osea... No de otra manera, simplemente que es lo único de lo que hablas y parece que lo quieres más a él que, a mi? —respondí dudosa y torpemente.
Ella sonrió y se acercó a mi para después envolver sus brazos en mi cintura dandome medio abrazo.
—Tom, tú eres mi chico favorito ¿Okay? —todo mi cuerpo se estremeció ante sus palabras, haciéndome sentir tan bien, mandando sensaciones eléctricas por mi corazón y el estómago.
Y suspiré, suspiré de felicidad, de poder tenerla a mi lado. Pero estás sensaciones me alarmaron, queriendo desaparecerlas la aparte un poco, agarré mis cosas y me fuí de ahí despidiéndome.
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